Luis Carlos Coto Mederos189Una vez en Camarones
Una vez en Camarones
una anciana estornudó
y en el instante volcó
dos guaguas y tres camiones.
A un caney de doce horcones
lo hizo caer y rodar
y Alfredo, Juez Popular,
del mismo barrio también,
le impuso multa de cien
pesos por estornudar.
Anónimo
190Fui a una fiesta en Marianao
Fui a una fiesta en Marianao,
pero salí descontento
porque había un solo asiento
de cajón de bacalao.
La mujer de Wenceslao
se acomodó en un rincón
y un olorcito a arencón
a cada rato venía
que yo no sé si salía
de la vieja o del cajón.
Anónimo
191Herida con humor
Luis Godoy, el boticario,
se consuela el alma triste
añorando y con el chiste
contrarrevolucionario.
Y ayer le dijo Macario,
un noble trabajador:
“nada me extraña, doctor,
que viva de la humorada
porque en la herida infestada
tiene que existir humor.
Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí)
192El macao y la hormiga
Cuando el macao a la hormiga
visitó en Manicaragua
le pidió un poquito de agua
para calmar la fatiga.
“Si puede –dijo a su amiga–
le echa zumo de limón
y azúcar a discreción”.
Ella preguntó admirada:
“¿No quiere una limonada
para zanjar la cuestión?”
Adolfo Martí Fuentes
193Consuelo está molesta
Se me rompió el calzoncillo
cuando brinqué el cañadón
y le puse al pantalón
un remiendo en el fondillo.
Se murió el gallo amarillo
que tan saludable estaba,
y Consuelo está muy brava,
no sé si te lo contó,
porque un ladrón le llevó
el blúmer que le quedaba.
Pablo Díaz
194Regreso de la hija pródiga
La hija de Cuca Leñero
regresó de un largo viaje.
¡Caro le costó el pasaje
que le pagó un extranjero!
Ha alquilado su trasero,
pero su barrio la adora
y sufre por su demora,
porque al regresar “de afuera”
dejó de ser jinetera
y se convirtió en señora.
José Poveda Cruz