Víctor Salas
Señora Secretaria de Cultura Nacional, le escribo estas sinceras palabras con el asombro de conocer que ha aceptado la renuncia del escritor Mario Bellatin, por “querer dinamitar el entramado de subvenciones y apoyos a creadores nacidos hace 30 años”. Lo que digan los artistas nacionales puede contener todas las verdades que quieran, pero hay un hecho real que han soslayado y es el grado de corrupción en que se otorgaron las becas a lo largo de tantos años. Por otro lado, me parece que los intereses grupales y particulares, en esta jugada ajedrecística, parece no haberse contemplado institucionalmente.
Casualmente, el día miércoles 13 de marzo, en la sección Paisaje Crítico de POR ESTO!, el historiador Fernando Muñoz apunta lo siguiente: “…las becas y apoyos del Fonca …solo fueron para los cuates, desde sus inicios, hasta llegar a cimas ignominiosas de corrupción”. El maestro Muñoz Castillo sabe muy bien de lo que habla porque es una persona inmersa en el teatro desarrollado en Yucatán.
Aquí en Yucatán unas contadas personas fueron beneficiadas con distintos apoyos económicos del Fonca, llegando a darse el caso que una misma agrupación mandaba proyectos a nombre de otros de sus integrantes para poder obtener el apoyo económico. Ese dinero iba, a fin de cuentas, a parar a manos de la misma persona, que se jactaba de tener relaciones extraordinarias en la institución que le garantizaban la obtención del recurso.
En una ocasión tomé un curso de gestión cultural y la instructora, casi al final, nos señaló que era importante saber llenar los contenidos de los proyectos, pero que lo más importante era tener relaciones en el Fonca. Y ella las tenía. Y por eso era una gestora exitosa. Actualmente es un alto mando en la Sedeculta.
No creo estarle descubriendo el hilo negro. Pero debo decirle que los proyectos no han coadyuvado en nada al desarrollo del arte en el país. En Yucatán no se hace mejor teatro por los apoyos. Se hace teatro pese a todo y contra todo. Y muchas veces lo hacen los propios artistas con sus escasos recursos. Lo que sí es cierto es que han surgido tremendas propiedades adquiridas con los fondos Fonca. Un proyecto no significa de ningún modo desarrollo. Él obedece a un plazo perentorio y dista de tener como objetivo crecer en el tiempo y el espacio.
Por lo anterior, me parece que la salud de la cultura está en apoyos permanentes a grupos. ¿Por qué el presidente Obrador ha decidido dar becas a diferentes tipos de estudiantes? ¡Obvio!, ese recurso significa apoyar el desarrollo de un estudiante y los resultados de los becarios han de significar la evolución y el desarrollo de la patria. ¿No es cierto que la Fundación Slim apoya con becas a estudiantes, pero no otorga dinero a proyectos? De nueva cuenta, ¿por qué?
En fin, señora Secretaria, me parece lamentable el caso del escritor Mario Bellatin, quien además solo debe haber obedecido a propuestas de los altos mandos.
Le saludo con respeto y consciente de que nada nuevo o desconocido para usted he escrito desde Mérida, donde la cultura es un páramo en manos precisamente de gestoras y gestores culturales.