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Cultura

El periodismo y los medios como agentes de la cultura

Ivi May Dzib

Apuntes de un escribidor

II y última

Si pensamos que los medios son agentes de la cultura, tendríamos que pensar qué tipo de cultura estamos construyendo, porque muchas veces terminamos exponiendo y apologizando una cultura de la banalización, lo superfluo como la fórmula más redituable y la mejor pagada, porque profundizar en las problemáticas de la cultura significa romper paradigmas o, en el mejor de los casos, construirse como sujetos que tienen la posibilidad de ser empáticos con la realidad social. Cuando escribimos bajo la consigna de perpetuar ideas en las que no creemos y defendemos a costa del beneficio económico posverdades admitidas incluso por los propios comunicadores, estamos entonces ante un paisaje desolador porque el poder que le fue conferido al medio y a su vocero está distorsionado por el interés que no tiene relación alguna con la verdad. Porque si pensamos que nuestro mundo no es real pero sí verdadero, esa verdad tendría que ser construida a partir de otras pequeñas certezas, de ventanas que no estén distorsionadas, sino reconstruidas técnicamente y que tengan como sustento una crítica y autocrítica de nuestra forma de ver el mundo.

Los medios de comunicación son los agentes de la cultura y nosotros somos los agentes de los medios de comunicación que representamos, si lo que hacemos es gestionar la cultura desde la textualidad en nombre de los medios, hay que ser responsables con el poder que se nos dio. Por ejemplo, es vergonzoso todo lo expuesto hasta ahora con la llamada Operación Berlín, esa campaña negra contra AMLO que se documenta fue operada por Enrique Krauze, mientras se sigue queriendo seguir el guion de que López Obrador se quiere perpetuar en el poder, estalla este escándalo donde los agentes que intentar imponer esta idea de realidad política del país siguen sosteniéndose de la misma trama quebradiza. Aquí el motor de un grupo de “intelectuales de alto rendimiento” es el poder más que la verdad, las declaraciones del literato y editor Ricardo Sevilla, quien dijo en entrevista con Aristegui que para generar contenidos con nada de rigor periodístico para evitar que Andrés Manuel López Obrador llegara a la presidencia, las mentes y conciencias creativas se rentaban al mejor postor o, mejor dicho, a un grupo de invitados, es indignante, Sevilla declaró: “La pauta es el pago que se hacía en redes sociales para posicionar cierto contenido. Se pautaba fuerte. Comenzaba en 5 mil pesos y se llegaron a pagar hasta 50 mil pesos por meme o video. La cifra de pago diario era desquiciante. A diario se producían 20 videos o 10, más memes, todo relacionado con López Obrador y financiado por Coppel y gracias a Fernando García Ramírez, supimos que Alejandro Ramírez, de Cinépolis, también participaba”. Nos queda claro que los medios como agentes pueden producir mucho daño, queriendo que los mismos grupos de poder que han impuesto a este país una política de miedo y han hecho del Estado un botín sigan al frente, no importa entonces la calidad de vida de las personas que ajenas a estos pactos millonarios tendrán que buscar cómo sobrevivir en un país donde las letras ya no son libres y tienen un precio.

Vuelvo a insistir, el periodista cultural tiene un poder que le fue conferido por un medio de comunicación y medios comunicativos para externar de manera sensible ese poder, sigamos pensando en el paisaje poético que podemos ofrecer y así como debemos de ampliar nuestra idea de cultura también lo debemos de hacer con la de poesía. No podemos dejar de estar expuestos a la tentación de que quieran rentarnos un poco del poder que nos fue conferido, para que con ello se puedan abrir espacios para la impunidad, ser cómplices del horror parece ser la mejor opción, el mejor camino, hay quienes mueren por evitar adherirse a esa dinámica, mueren y permanecen con el poder intacto, hay quienes siguen vivos pero su poder ha perdido credibilidad, porque muchas veces nos queda claro cuando estamos ante una estafa. Cuando pienso que somos agentes de los medios y los medios de la cultura, me viene a la memoria un famoso libro para niños, en el que se nos dice que los que mejor ejercen el poder son aquellos que nunca lo quisieron tener, lamentablemente los medios también han sido el escaparate para que la ascensión al poder tenga como objetivo perpetuar imaginarios que solo esclavizan las conciencias y a los individuos. El arte y la cultura por sí mismos no garantizan una mejora en la realidad social, pero vaya que sí lo intentan.

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