Ivi May Dzib
La nota de hoy sería que a 12 años de declararse constitucional la interrupción legal del embarazo (ILE), en los servicios de salud se han realizado 209 mil 359 procedimientos, por lo que muchos “provida” argumentarán que a ese mismo número de hijos de Dios se les ha quitado la oportunidad de vivir. Aunque la nota también podría ser que la tasa de mortalidad gracias a la legalización del aborto en la Ciudad de México ha disminuido a cero. Estas cifras las aportó la secretaria de Salud, Olivia López Arellano.
El tema de la legalización de los derechos de las mujeres para elegir sobre su cuerpo es uno de los más controvertidos en un Estado tan prejuicioso como el nuestro, podemos escuchar todo tipo de comentarios en contra. Hay quienes ponen una pancarta con la foto de una mujer que asegura “puedo abortar es mi cuerpo”, debajo de esa imagen hay otra quien la “corrige” y adoctrina diciendo: falso, es el cuerpo de tu hijo, si fuera tu cuerpo serías tú la que morirías.
Con esta lógica o sapiencia filosófica tipo personaje de Eugenio Derbez se pretende arraigar una forma de abuso, legitimar que sean otros quienes decidan por un cuerpo que no les pertenece. Lo peor de todos es que hay quienes ven en esta lógica una sapiencia irrefutable y no una ocurrencia endeble y lo más indignante es que con esta forma de pensar hay quienes tienen a su cargo a otras personas para formarlas, y este discurso forma parte de ese proceso. Lo horrible es que las personas ya formadas con estos prejuicios vivirán, morirán y podrían nacer otra vez y esa forma de pensar no cambiaría, porque desde pequeños les metieron en la cabeza lo peligroso que es vivir libre.
Hay que prestar atención a las clases de biología, no hay cuerpo que matar en un aborto legal, se está pidiendo legalizar el aborto hasta antes de las doce semanas para que las mujeres puedan decidir sobre su cuerpo, es una decisión médica, no tiene que ver con las creencias religiosas, lo que sí es perversamente contradictorio es pasar estas creencias prejuiciosas a los estudiantes de la educación básica, en parte ahí radica el problema de la educación en el país, no es todo culpa de la SEP ni del PRIAN, sino también de muchos docentes que enseñan como si estuvieran en una iglesia.
Legalizar el aborto es una oportunidad para que quienes quieran abortar no mueran en una clínica clandestina, no es una ley que obligue a nadie abortar o que las personas digan que por tener ese derecho se harán un aborto solo por diversión. Y no hay que pasar por alto que los más indignados son los hombres, mismos que en ningún momento pasarán por el dilema si llevan a un niño en su vientre o deciden interrumpir el embarazo.
Pero si nos ponemos inquisidores tendríamos que ser parejos ¿Qué tipo de castigo merece un hombre por dejar embarazada a una mujer fuera del matrimonio? Los machistas dirán, merece una felicitación y todo el desprecio a la mujer porque ella se lo buscó por andar con hombres casados... típico... y hay quien dirá que es ridículo pensar así. Pero pensemos que los derechos de los hombres se ven implicados en este tema, si la cosa fuera en serio (lo de enviar a los que tienen un complejo de semental a la cárcel) y se lanzara una propuesta legislativa, esa “incoherencia”, ese “atropello” se convertiría en motivo de protesta; si la ley fuera aceptada “basándose” en lo ilógico del argumento, se harían marchas y se pintarían monumentos y entonces la lucha sería de todos y entenderíamos lo absurdo que es obligar a alguien a parir.
Hay derechos por los que hay que luchar y legisladores que quieren hacer cumplir la ley divina, los hombres y las mujeres son los únicos que tienen la posibilidad de protestar, quejarse, para poder hacer la diferencia.