Internet ha convertido lo que solía
ser un mensaje controlado y unidireccional,
en un diálogo en tiempo real con millones
de personas.
Danielle Sacks
No cabe duda de que el consumismo en el que vivimos hace que la mercadotecnia encuentre nuevas herramientas útiles e innovadoras para poder influir en la toma de decisiones de los consumidores a la hora de comprar un producto. Desde hace algunos años ha surgido una nueva actividad laboral para reforzar estas decisiones en las redes sociales, a quienes se les llama influencers.
Esta palabra anglosajona tiene como significado influenciador, y se les denomina con este término a aquellas personas que tienen presencia y credibilidad en las redes sociales, las cuales tienen un gran poder de convencimiento en decisiones o en comportamientos, ya que representan a su vez los deseos aspiracionales de muchos.
Se ha comentado hasta el cansancio el poder que tienen las redes sociales hoy en día y, probablemente, se seguirá hablando de este fenómeno, porque su alcance no deja de sorprender en todos los ámbitos.
En lo que respecta a la mercadotecnia, las redes son de suma importancia para promover y aumentar sus alcances, es por esta razón el papel clave que realizan estos líderes mediáticos, que aprovechan la inmediatez que tiene el internet a nivel mundial, así como el campo fértil de quienes tienen la adicción de comprar a través de este medio e imitar estilos de vida que muchos de estos influencers tienen.
Las empresas se dan a la tarea de elegir a la persona idónea que será su voz e imagen en las redes, dependiendo su giro, y aunque puede ser un arma de doble filo si estos no están integrados con la estrategia digital diseñada, es posible que no se obtengan los resultados esperados.
¿Cómo elegir a un influencer? Hemos visto en muchos programas “pagados” en la televisión a muchas personas famosas promoviendo diversos productos. Esta práctica se ha vuelto parte del pasado, ya que en las redes los “influenciadores” no tienen que ser precisamente famosos, sino que deben ser personas que brinden cierta frescura, que sean activos en las redes sociales, así como constantes. Estos requisitos hacen que ellos logren obtener una reputación de confianza de sus seguidores, lo que provoca credibilidad y valor a todas aquellas cosas que haga o diga.
Es como si de pronto nos diera pereza pensar y decidir, por lo que se nos facilita que alguien nos muestre nuestras mejores opciones para adquirir algo e, incluso, nos cree necesidades que antes no teníamos por el simple hecho que el influencer nos hable de las bondades de productos que no necesitamos, especialmente aquellos relacionados con el cuidado personal, en el que muchas veces “nos pone al tanto” sobre las tendencias de la moda y el tipo de maquillaje y colores que se estén usando.
Llegar a obtener este reconocimiento no es tarea fácil, es necesario ir adquiriendo reconocimiento sobre algún tema en especial, así como el trabajo que realiza sobre el mismo. Es común que comiencen con esta tarea con recursos propios y que compartan a través de las redes contenidos sobre aquellos temas que dominan, los cuales pueden ser variados, como la moda, deportes y viajes, entre otros, mediante los cuales crean historias que establecen una conexión con sus seguidores, los cuales debido a esto adquieren confianza en la información que publican, así como en sus opiniones.
La mercadotecnia ha encontrado en ellos herramientas útiles para promover una marca nueva, o servicio, los cuales sean promovidos por el influencer, teniendo en cuenta que la marca debe cumplir lo que promete, ya que de otra forma tanto la marca como el influencer pierden credibilidad.
Dado que el influencer es un líder de opinión, estos son una magnífica opción para que una campaña publicitaria adquiera mayor fuerza, al darle su respaldo. Lo mismo sucede cuando se está organizando un evento y este quiere darse a conocer, el influencer se vuelve parte de él, y lo transmite en vivo a través de las redes sociales.
Un punto muy importante a tomar en cuenta es que la persona a la cual se ha elegido para ser el embajador de la marca debe compartir los mismos valores de la empresa para obtener un resultado positivo, motivo por el cual la vida de estas personas se encuentra en el escudriño público, por lo que tienen que cuidar siempre su imagen y acciones, porque solamente se adquiere confianza cuando la persona es coherente con lo que predican.
¿Por qué se convierten en personas confiables? Gran parte de la confianza que adquieren de sus seguidores es que un influencer escoge aquellas propuestas en las que cree y que van con su imagen. Está comprobado que el 70 % de la confiabilidad sobre las marcas proviene del trabajo de los influencers.
Para quienes piensen que es tarea fácil convertirse en una de estas personas, tiene que tomar en cuenta los problemas a los que se enfrenta, como la pérdida de privacidad, ya que muchas veces los seguidores se obsesionan con las actividades que están realizando en todo momento.
Es necesario ser una persona interesante, para lo cual no hay una fórmula específica, más que estarse reinventando cada día, parece ser que el ser interesante conlleva una fórmula secreta que pocos tienen y muchos anhelan, ya que el número de influencers crece de una forma extremadamente rápida, por lo que hay que mantenerse como uno, tarea que no es nada fácil.
Las redes más utilizadas por un influencer son el Facebook, ya que es la red social con mayor número de usuarios (1,900 millones) en la cual se compite por atención y no por espacio. Otra red con menos usuarios, pero que se encuentra en crecimiento es el Instagram, con 700 millones de usuarios y es la que más utilizan por ser la que proporciona mayor facilidad para compartir contenido. Para poder expresarse a través de videos, utilizan YouTube, que actualmente cuenta con mil millones de usuarios. El Twitter es otra red utilizada para poder comunicar noticias al momento, a través de un buen contenido con textos cortos, y es la que menor número de usuarios tiene: 320 millones de usuarios.
Una vez descrita la labor de influencia de estas personas a través de las redes sociales, valdría la pena realizar un estudio sobre el verdadero motivo que nos lleva a adquirir ciertos productos, porque sería muy triste que nuestro comportamiento obedeciera a la respuesta de que “todos lo tienen” o “porque fulanita dijo que hay que tenerlo”. Seamos conscientes de que tenemos todavía el poder de elegir, por lo que no debemos de caer en este comportamiento consumista que parece ir avanzando a pasos agigantados.