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Cultura

Agrupaciones musicales yucatecas que trascendieron: Los Aragón

Conrado Roche Reyes

Yucatán, tierra cien por ciento arrullada por la brisa y de gran musicalidad, ha dado al país innumerables músicos. Casi siempre a través de cantantes o compositores de gran altura. Sin embargo, en lo relativo a agrupaciones musicales del género popular, estamos muy por debajo, por ejemplo, de los estados del norte del país. En este rubro, los que trascendieron nuestro estado, y es que existieron en los años sesenta y setenta excelentes agrupaciones, pero ninguna salía de la tierruca.

Podríamos hablar de los primeros que fueron escuchados en toda la república con su exitazo Shi bon, el Cuarteto Armónico, de grata memoria. Están Los Babys, quienes fijaron su residencia en Las Vegas, Estados Unidos, y continúan dando la batalla. Los Dinners, que gozaron de gran cartel a nivel nacional, y Los Aragón, que incluso salieron en alguna filmografía en aquellos churritos mexicanos de películas a go-go –todo era a go-go entonces–. Hablemos de este emblemático conjunto musical yucateco: Los Aragón.

Los Aragón se van conformando a mediados de los años cincuenta del siglo XX tocando lo que entonces estaba de moda: música tropical y guapachosa, melodías cubanas (y lo siguieron haciendo durante toda su existencia como músicos, rescatando antiguas guarachas antillanas).

Los miembros originales del grupo fueron Ángel Pavía (vocalista), Gener López (bajo), Sigfrido López (vocalista y percusiones), Fernando Calderón “Cuiso” (batería), y Weyler Rodríguez (piano), el verdadero fundador y líder. Tocaban en diversos lugares de la entonces escasa, más bien sin vida nocturna, ciudad de Mérida; llegaron a tocar su música guapachosa hasta en la zona de tolerancia.

Con la llegada del rock and roll, ellos se adaptaron al mismo, incluyendo al guitarrista Manolo López, hijo del compositor Manolo López Barbeito.

Con la guitarra eléctrica de Manolo, el grupo ya podía tocar los éxitos del rock en español que estaban en su apogeo. En su repertorio destacaban Melodía de amor, El rock del angelito, El rock de la cárcel, Siluetas, en fin todos los covers que pegaban a nivel nacional.

Como fue tan grande su éxito, a nivel local, comenzaron a ser contratados a fiestas privadas (quinceaños y halloweens) y a los dos lugares que daban el espaldarazo a los músicos yucatecos: Bancarios, en donde hoy esta el hotel Fiesta Americana, y en el Teatro Fantasio, en las tandas de “Cholo”.

Como suele suceder frecuentemente, hubo sus desavenencias entre ellos y Weyler, su fundador, sale de Los Aragón. Para entonces ya había en Mérida varios grupos de rock (que se fue diluyendo hasta casi desaparecer del mapa en la nefasta época de “los baladistas”). Sin embargo, este gran pianista no se quedó cruzado de brazos y conformó el grupo de “Weyler y sus cometas” para hacer competencia a los demás.

Al parecer el rock siempre ha sido perseguido por el mal fario. Weyler fallece de la manera más prosaica enfrente al parque de Santiago. Después de una borrachera, cae una lluvia. Él intenta cruzar la calle, resbala y cae en un pequeño charco de agua. Imagínense la guarapeta que el músico traía, que no tuvo fuerzas para levantarse y murió ahogado en ese pequeño charco de no más de 15 centímetros.

Para entonces, Los Aragón ya habían incluido al tecladista José Solís (el Tigre) y al saxofonista Ruy Medina. Ya con estos instrumentos, como el rock, que aún tenía alguna vigencia –estaba siendo desplazado por otro tipo de música–, los camaleónicos Aragón se adaptan a la época y dedican sus afanes a ejecutar –y muy bien– música variada. Y cuando digo música variada, estoy hablando de todos los géneros.

En los bailes de Bancarios, los más populares de aquella Mérida, el carné ideal era Ponciano (Blanqueto) y Los Aragón.

Su repertorio incluía desde el salvaje Danny Boy, pasando por El cable (su carta de presentación); Tema de Tracy, Mambo Rock; En “er”mundo; La macarena, pasodobles; Kasachok, un baile ruso; La bamba, y la Raspa, el popurrí de Luis Alcaraz. Un verdadero xec, pero que hacía que todo mundo bailara cada ritmo a su debido tiempo.

Es difícil encontrar en el país un grupo más versátil que Los Aragón. Que llegó el twist, pues ahí estaban ellos en el Fantasio con Sigfrido, príncipe del twist –el rey era Chuby Checker.

Graban su primer LP, el sueño de todo músico en aquella época, en el que plasman su estilo y personalidad. Cumbias, guarachas, piezas instrumentales, rocanroles, etcétera, etcétera.

En la Ciudad de México tuvieron una gran acogida y son contratados –tocaron años de años ahí– en el bar del hotel Regis, siempre lleno a toda su capacidad para escucharlos, y continuaron grabando discos. Su calidad interpretativa los llevó a plasmar más de treinta LP.

Cada año hacían su temporada en Los Ángeles, Estados Unidos, tocando en el mítico Million Ddollar.

La década de los ochenta, nefasta para la buena música, hace que Los Aragón se desintegren. No hubo una razón específica para ellos, pero la cuestión es que agrupación tan buena, tan popular y tan versátil, se fue diluyendo hasta desaparecer por siempre.

Pero su legado permanece, fueron pioneros en lom que hoy llaman la onda grupera, adelantándose a Acapulco Tropical y a Mike Laure.

En próximas colaboraciones hablaremos de Los Babys y el Cuarteto Armónico, ambos iconos de la música ejecutada por yucatecos.

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