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Ecos de mi tierra

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Se desbordó la presa “Minerva”

Creo que un borracho dio una noticia en “Fusté”, que desagradable fue y a todo el mundo alarmó. Por el crucero pasó y donde para la guagua, le dijo a otro que el agua de la presa ya se había llevado el muro y venía desbordando el río Sagua.

Cuando pasó la patrulla por su lado a Emilia Rosa, dicen que le dio una cosa y también formó la bulla. Rafael González, Gulla, también echó una alpargata, cuando otro le dijo: Trata de escapar, y con la prisa le llevó al cordel de Elisa con la cabeza una bata.

Chucho, cuando oyó la mala noticia en la sitiería en su caballo quería montar a la vieja Lala. Isidro como una bala corrió y le dijo a Francisco: Tienes que ponerte arisco para salir de este hueco y buscar un sitio seco en la loma, sobre el risco.

Al amigo Camellón un vecino le avisó; pero esto no le causó ninguna preocupación. A su esposa en un rincón le dijo: Mujer del alma, lleva a los niños con calma que, si me veo apretado, mi equipo está preparado y me trepo en una palma.

Arbelio le puso el freno a la mula, y a su gente trasladó rápidamente a la loma de Sereno. El decía: Este terreno hoy quedará bajo el agua cuando se desborde el Sagua y para Cubatabaco, aunque me bote no saco de la casa ni una yagua.

Acá en la casa de Augusto Pimienta, otro grupo había que está enfermo desde el día aquel que pasó ese susto. Dentro del “yipi” de Justo, a pesar que no es de flete, alguna gente se mete para salir de la zona y dándole una cañona le decían: Arranca y vete.

En una yegua un muchacho otro recorrido inicia por desmentir la noticia dada por aquel borracho. Desde acá le dijo a Macho Pérez que iba en camino: No tenga miedo, vecino, y tropezó con un buey que pastaba en el batey antiguo de Ceferino.

Esta gente que pensó que en esta cooperativa no quedaba ni una chiva, esta vez se equivocó. La presa se construyó con vistas para el futuro, y por eso estoy seguro que esta obra es permanente y que cualquiera corriente no puede llevarse el muro. Romelio Ramos González

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El guajiro y la yegua

Vamos, yegua, al potosí, a comer lechón asado, porque estando tú a mi lado… yo te quiero mucho a ti. Yerba te cortaré allí y te soltaré al potrero, y con un modo hechicero te bañaré en la barranca… ¡Y usted montado en mi zanca haciéndose el pasajero!

Yo te baño a cada rato, y tú estás muy redomona… Ya tú quieres, guajamona, comer conmigo en el plato. Amigo, ese no fue el trato que usted conmigo ha ajustado… ya tengo un casco pelado de andar por la sitiería; y usted con su bobería me tiene hasta el lomo hinchado Anónimo

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