Si el renacimiento del arte maya comenzó en los años 80 del siglo XX dentro de talleres literarios en Calkiní, Campeche, y Mérida, Yucatán, en los albores del XXI el teatro, cine, fotografía y video producido por talentos nativos, han enriquecido el quehacer estético contemporáneo en el sureste de México.
El área maya comprendida por los estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, además de Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador; desarrolló una Alta Cultura al grado de ser llamada la “Grecia de América”. Hoy sus creadores se “apropian” de modalidades del arte surgidas en Europa para producir obras originarias con una visión orientada por su cosmovisión las áreas ya planteadas.
En la dramaturgia maya contemporánea, la pionera es la actriz natural, narradora, escritora y directora María Luisa Góngora Pacheco, autora de más de más de 20 obras populares, representadas, aquí, allá y acullá; desde su natal Oxkutzcab hasta el bello escenario natural de X-Caret, en Quintana Roo, con su grupo Chan Dzunu´um: Pequeño Colibrí (La vieja Pobreza y Felipa Poot Tzuc).
Otras creadoras han aparecido en este panorama actuando, escribiendo o dirigiendo. Socorro Loeza Flores (Ma´tin na´aticech: No te entiendo), de Tecóh, o Marga Aguilar Montejo (U x-w´ayilo´ob x-letra: Las brujas de X-Letra), de Sotuta, complementan con su aportación a la escena.
Actriz y escritora de teatro maya, la creadora tzoltzil, de Chiapas, México, Petrona de la Cruz, es autora de textos teatrales como “Soy Tzotzil” y “La Mujer Desesperada”, además de haber desempeñado un papel en la película La Vida de los Mayas (2012). En 1992 fue galardonada con el Premio Chiapas de Literatura.
Hablando de intérpretes mayas en el cine del siglo XXI, resalta la X-Tabay contemporánea María Mercedes Coroy, actriz maya guatemalteca de corte internacional, cuyo talento ha resultado un caso ejemplar para una artista latinoamericana. Sus películas triunfadoras en festivales internacionales (Ixcanul, Bel Canto y la serie Malinche en Netflix), la han colocado como ícono de las etnias mesoamericanas en el panorama del cine internacional.
El video es una herramienta tecnológica creada en países desarrollados de Occidente y Oriente, actualmente empleada por las comunidades indígenas de los seis continentes, y la península de Yucatán no es excepción. Las hijas de Ixchel, son las que más han sobresalido como videastas contemporáneas por arriba de “los hijos del dios Hunabkú”, capacitadas en talleres de video por personal del Instituto Nacional Indigenista (INI), a fines el siglo XX.
Entre las miradas femeninas mayas en Yucatán, sobresalen Antonia Caamal Mena, del oeste en la península: el pueblo de Opichén; Noemí Kumul Hoil, oriunda de la comisaría de Ya´ax-Hal, en Valladolid, en el oriente; Clementina Iuit Cetz, antropóloga nacida en Tecóh, Yucatán; o Leonarda Mex Peralta, de San Antonio Dzodzil, Sacalúm.
Finalmente, hablando del lenguaje de la fotografía de contenido maya, una de sus mejores representantes es la antropóloga Fátima Tec Pool, cuyo talento es originario de la “tierra de las cebollitas”, Ixil, quien empleando esta herramienta ha retratado la belleza originaria de Yucatán, sobre todo grutas y cenotes subterráneos, donde ha acompañado a investigadores norteamericanos y europeos, mediante un colectivo de espeleólogos (antropólogos especialistas en grutas y cenotes).
Por Edgar Rodríguez Cimé