Luis Carlos Coto Mederos
Del panorama decimístico cubano del siglo XX (26)
1435Pasajeros a bordo
Sombríos, fugaces pasajeros de aquel tren
que ya no regresará.
Waldo González López
Las noches son el letargo
de las noches. El desvelo
del sobresalto. El anhelo,
las angustias por el largo
devenir, el susto amargo
que se oculta en los vaivenes.
Cuando viajamos, los trenes,
el alma nos desocupan,
en los sueños nos agrupan
como posibles rehenes.
Un pitazo al infinito
es presagio pordiosero.
Quién será ese pasajero
que del silencio hace un rito.
El misterio es como un mito
que busca en el aire presa:
el hombre aquel no confiesa
el augurio que lo guía,
un silencio le porfía
el secreto a la sorpresa.
Antonio Gutiérrez Rodríguez
1436Cronicón(fragmento)
Llegué a Santiago
F. García Lorca
En las gruesas porcelanas
de las noches que iluminas,
ciudad, de músicos minas
las plazas: nos engalanas
los domingos de jaranas
y por tus calles yo siento
niños como el alimento
que reviven tanta historia
tallada en muros de gloria,
de tu estructura, cemento.
Ya conozco dónde el viento
–ilusorio libertino–
ha de azotar el camino;
y cómo para el sustento
de todos, los elementos
se represan; y, en fin, cuando
las ciudades con su blando
sopor de dulce alameda
crecerán para que pueda
el hombre seguir amando.
Carlos Martí Brenes
1437Memorias
A Cos Causse
Andando el tiempo, el momento,
he visto la vida estar;
y siempre la vi pasar
como un pájaro en el viento.
Triste, muy triste el acento
de un niño solo al gemir.
Y pude ver que al salir
más allá de su agonía,
un hombre bueno reía
siempre para no morir.
Omar González Jiménez
1438El amor
(Deuda con Lope)
Rodilla que se disloca
y rompe su coyuntura,
deshacerse de cintura
y boca que se hace boca;
quebrantamiento de roca,
arder de ardor que no cabe
en cuerpo donde lo suave
no alcanza a hacerse rudeza,
es amor, que no tibieza,
y “quien lo probó lo sabe”.
Luis Toledo Sande
1439A un arroyo en El Hombrito. Sierra Maestra(fragmento)
Aquel arroyo que un día
empapó mi desnudez,
era para mi niñez
un juguete de agua fría.
A veces cuando llovía
con el chubasco en la boca
iba en su carrera loca
con las maniguas a bordo,
encabritado en un sordo
malabarismo de roca.
Aquel arroyo que baña
la corteza terrenal,
como un cordón de cristal
se destuerce en la montaña.
La punta del viento araña
la espuma del arroyuelo,
donde parece que el cielo,
cuando de creciente sube,
le da permiso a la nube
para que se moje el pelo.
Argelio Torres García
1440Tiempo
Amo al sol, aunque madruga
juvenil en mi ventana,
ajeno a mi nueva cana,
ajeno a mi nueva arruga.
Amo la sonora fuga
del trino –signo de paz–
aunque por bello, además
de su tan veloz huida,
me haga pensar que la vida
es un trino y nada más.
Alicia Batista Piñón
1441De tiempo y de olvido
Aquí estoy donde mis ojos
el mar abrió para ver
mi soledad. Desde ayer
estoy viviendo de abrojos.
¿Olvido, con qué cerrojos
encierras aquel “te quiero”?
¿Por qué reduces a cero
aquella hoguera, la esfumas
y la devuelven tus brumas
cual luz glacial de un lucero?
Alicia Batista Piñón
1442Carrusel
El carrusel de las horas
le dijo al sol: ¡Majadero!
Debes llegar el primero
y por gusto te demoras.
Si ríes, el sueño azoras
y tu luz teje en las brumas
sendero de blancas plumas
para que el tiempo, al viajar,
se sonría porque el mar
lleva sombrero de espumas.
Pasas trenzando colores
y abres la puerta a la risa,
das tu permiso a la brisa
para que peine a las flores.
Despiertas a los cantores,
del murmullo te enamoras,
y al marcharte siempre lloras,
pues vuelve el tiempo a pasar
y te ordena regresar
al carrusel de las horas.
Alicia Burgos