Luis Carlos Coto MederosDel panorama decimístico cubano del siglo XX (47)1617Tanta es la sed
La tarde llora en mi pelo,
el silencio en una queja.
Cruda en mi rostro, se aleja
entre palabras. Desvelo,
en copa rota de celo,
minuto que apresa un día
bajo mi piel. Cobardía,
lluvia en espejo desnudo,
alas de tu nombre mudo:
¡ay, esta culpa tan mía!
Verano, en eco de azares;
presagio de nieblas, nunca;
libertad que vuela trunca
sobre mi espalda. Pesares
que bogan entre dos mares.
Lid de fuego entre la justa
y la red. Perdida fusta
que me azota en la mejilla,
rostro que tallo en arcilla:
tanta es la sed que me asusta.
Marisol García de Corte
1618Atavismos …y serpiente silbando la delicadeza…
y arlequines cantando…
Leonel Pérez
Naufraga la luz. Anido
sobre el polvo y la llovizna.
La tarde, casi una brizna
de acentos contra el olvido.
Bajo mi piel, un silbido
se desdibuja (es el fin
de la memoria, mohín
que otra silueta desmiente)
Lejos, canta una serpiente
su ropaje de arlequín.
Entorna el día su labio
de animal triste. Yo acudo
a sus rituales. Sacudo
mi muerte de algún agravio
fantasma. Cuánto resabio
trae el viento. Qué remota
angustia me sigue y nota
en la llovizna un cobarde
latido. Se va la tarde
húmeda, callada, rota.
María de las Nieves Morales
1619Mientras la vida es salterio
No estamos en Liverpool
ni el verano engendra nieve.
La eternidad es un breve
idilio de viento azul.
Beatles, Police, Paula Abdul
conjuran el pentagrama
del silencio que nos llama
a profanar el misterio
mientras la vida es salterio
que sed de fuego derrama.
Freddy Camilo Morffe
1620
Toda gloria es pasajera
Se otoña la primavera
en los páramos del cielo
y queda sólo el consuelo
de ser nostálgica hoguera.
Toda gloria es pasajera
de un sortilegio que hechiza,
mientras el hombre es ceniza
del tiempo que va despacio.
La vida es sólo el prefacio
de todo lo que agoniza.
Freddy Camilo Morffe
1621La desnudez que me arropa
Te busqué entre los parajes
enrevesados del miedo
que causa este frío; puedo
saborear en mis brebajes
el veneno y los ultrajes
escanciados de tu copa,
el escozor que me arropa
hasta la sangre. Te vi
al desnudar sobre mí
la lejanía en tu ropa.
Miroslava Pérez Dopaso
1622
Crepúsculos y luces
Al anochecer vislumbro
espirales infinitas
de soledad, y mis cuitas
te rezo. No me acostumbro
a tu ausencia. Callo, encumbro
una pena revestida
por fantasmas; esta herida
va anulando raciocinios.
Es noche ya en mis dominios
y tu luz sigue encendida.
Miroslava Pérez Dopaso
1623El sueño
Yo que me puse a soñar,
he soñado tantas veces
en un surco de dobleces
que no logro enderezar.
Pretendo el sueño encerrar
en un eslabón pequeño,
y estoy feliz y halagüeño
cuando de una forma clara
me aletean en la cara
las blancas alas del sueño.
Juan Rodríguez Cabrera
1624La utilidad de la aguja
La utilidad de la aguja
noblemente se agiganta
entre el dedo que la aguanta
y la mano que la empuja.
Con cariño se dibuja
en el ocio de la abuela,
quien con sublime cautela
desde el ritmo de un sillón
la pone en conversación
profesional con la tela.
Lengua de acero entrenada
para con firmeza oronda
sumergirse en la redonda
cicatriz de la puntada.
Novia del dedal que a cada
instante añora su arrojo,
cíclope que por antojo
no atesora más fortuna
que el placer de andar con una
culebra dentro del ojo.
Juan Idilio Terrero
1625Relámpago
Este libro debe ser
más que tinta y hoja escueta,
el corazón de un poeta
roto por una mujer.
Relámpago de un ayer
que se oscureció temprano;
y en cada poema, hermano,
de mis segundos sin calma,
está un pedazo del alma
que se me encendió en la mano.
Juan Antonio Díaz