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Cultura

El siglo de oro del repentismo en Cuba (29)

Luis Carlos Coto Mederos

Ecos de mi tierra

1810

Tema: La astucia (4)

Luis Quintana vs

Leandro Camargo

Hemos querido terminar nuestra sección con esta larga controversia, por la juventud y la vitalidad de los poetas que la improvisaron. Muestra fehaciente de la salud que conserva el género en las nuevas generaciones, ya mucho más cultas, de los cubanos.

Luis Quintana

Yo, que he roto ventanales

del palacete de un mago,

que luego, herido, me hago

las vendas con los cristales,

Yo, que frené torrenciales

de las montañas de ayer,

yo, que puedo estremecer

con mi furia su cariño,

¿qué puedo hacer con un niño

que ha acabado de nacer?

Leandro Camargo

Mucho tú puedes hacer

con ese niño tisú

que hace lo mismo que tú

que ya empezaste a crecer.

Astucia debe tener

el que la cabeza usa,

no se da cuenta el que cruza,

de su alocado descuido,

que el lobo viene vestido

con traje de caperuza.

Luis Quintana

Jamás, Leandro Camargo,

pensé que iba a ser así,

esto de verte ante mí

pidiendo un camino largo.

Yo no quise vino amargo

brindarle a tu miniatura

y, sin cribar tu estatura,

tú sabes bien que yo puedo

enroscarte con un dedo

un culero en la cintura.

Leandro Camargo

Pero como la cultura

se ha asomado a mi jardín,

soy el mismo con o sin

el culero en la cintura.

Tengo que buscar la altura

de tus montañas que van

creciendo con mucho afán

a mi paso campesino,

que el que no pide camino

se muere y no se lo dan.

Luis Quintana

Tú eres niño todavía

y, cuando el triunfo te rete,

me vas a pedir un tete

en vez de una poesía.

Esa no es la intención mía,

de herirte con un puñal,

pero si me pones mal

con las corneas dilatadas,

se dormirán desgastadas

las lomas de Paso Real.

Leandro Camargo

Las lomas de Paso Real,

que son hijas de la rima,

hoy se han apoyado encima

de mi pequeño pañal.

No es que sea criminal

con mis propias esperanzas,

es que, a veces, con tardanza

de cercanías se visten

los kilómetros que existen

entre Pinar y Matanzas.

Luis Quintana

Nadie podrá mejorarte

porque, con la edad que tienes,

nadie ha frenado los trenes

que aceleran nuestro arte.

Tú solo vas a encumbrarte

y serás del mundo el centro,

yo cadáver no te encuentro,

yo no soy el que te mata,

yo dibujo una piñata

con ocho soles adentro.

Leandro Camargo

La piñata de tu año

un octosílabo es,

y yo hago una con diez

piñatas de ese tamaño.

Si tú eres oro y yo estaño,

si tú estrella y yo cocuyo,

si tú eres luz y yo arrullo,

si tú eres mar y yo río,

trata de entender lo mío

que yo comprendo lo tuyo.

Luis Quintana

Tú eres bueno, tú eres bueno

por todo lo que me das

y para siempre serás

antídoto del veneno.

Tú estás de bondades lleno,

igual que humana alcancía,

príncipe en la poesía

que enseña suprema clase

y, después que el tiempo pase,

serás mejor todavía.

Leandro Camargo

Tú eres bueno, tú eres bueno,

yo a tu frase le sonrío

porque no me ves vacío

cuando en verdad no estoy lleno.

Bueno tú, que ves el seno

del pueblo donde yo estoy,

más que bueno eres tu hoy

que estiras el subconsciente

para contarle a la gente

todo lo bueno que soy.

Luis Quintana

Eres bueno, eres espejo

para la futura infancia,

pero mantén la distancia

desde el contacto al reflejo.

Ahora te doy un consejo

para tu continuación:

si entras a este batallón

de selvático contrato,

muéstrale el colmillo al gato

y deja quieto al león.

Leandro Camargo

Ya llegaste a analizar,

ahora tu alma no está sucia,

ya comprendiste la astucia

que yo te quise enseñar.

Ahora sí puedes brillar

repleto de inspiración,

esa es la contestación

que debías hace rato:

dale tu colmillo al gato

y deja quieto al león.

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