Pedro de la Hoz
Es jueves 30 de abril y muchos esperaban en los cuatro puntos cardinales el cumplimiento de una agenda preñada de cientos de eventos: conciertos, recitales, audiciones, conferencias, veladas conmemorativas y homenajes a creadores y promotores, con la mira puesta en el Día Internacional del Jazz.
Desde que en 2011 la Unesco escogió esta fecha para sensibilizar a las audiencias sobre las virtudes del complejo musical, surgido en Estados Unidos y expandido a lo largo y ancho del mundo, como herramienta educativa y motor para la paz, la unidad y el diálogo, y la cooperación entre los pueblos.
Aunque la simultaneidad ha caracterizado la celebración, cada año la Unesco y el Instituto Herbie Hancock, presidido por el gran pianista estadounidense y coauspiciante de la convocatoria, fijan una plaza para la realización del llamado Concierto Global. Los últimos tuvieron lugar en La Habana (2017), San Petersburgo (2018) y Melbourne (2019).
Hoy el epicentro debió estar en Ciudad del Cabo, con una amplia participación internacional, pero sobre todo con exponentes locales de altísimo valor que han puesto desde hace décadas a Sudáfrica en el mapa de la vanguardia jazzística planetaria.
Sin embargo, ante la actual pandemia de Covid-19, el Día Internacional del Jazz pasó a un formato virtual, mediante las autopistas digitales y las redes sociales. No se ha renunciado a la idea de ofrecer un Concierto Global que se transmitirá en streaming a partir de las 1900 horas del meridiano de Greenwich. La respuesta ha sido positiva, dado el compromiso de músicos relevantes como John McLaughlin, Jane Monheit, Alune Wade, John Beasley, Ben Williams, Lizz Wright, John Scofield, Igor Butman, Evgeny Pobozhiy, Youn Sun Nah, A Bu, Dee Dee Bridgewater, Dianne Reeves y Joey DeFrancesco, entre otros, lo cual es un firme indicio de la vocación internacionalista del proyecto, aun cuando sea determinante la presencia de músicos estadounidenses.
La propuesta consiste en amanecer con la atmósfera cargada de jazz en todas partes. La plataforma jazzday.com hará accesible un foro en el que intervendrán con lecciones magistrales el chino A Bu, el panameño Danilo Pérez, el ruso Igor Butman, el libanés Tarik Yamani y la norteamericana DeeDeeBridgewater, y cerrará con un panel conducido por Nate Chinen, encargado de la programación de jazz en NPR, organismo público de radiodifusión de Estados Unidos, y en el que comparecerán el bajista y compositor Marcus Miller y la legendaria vocalista sudafricana Sibongile Khumalo.
Con la Khumalo el jazz sudafricano honrará sus credenciales. A los 62 años de edad rutila como una de las voces más meritorias de la canción popular de su país avecindada a los códigos del jazz y el rythm and blues. Ella representa a la generación que se formó en los últimos años del régimen del apartheid y tuvo oportunidad de crecimiento, desde el suelo natal hacia el mundo, tras la derrota del sistema racista. Su primer álbum Ancient evenings (1996) así lo atestiguaba.
Más no olvidemos a los que precedieron a Khumalo y padecieron, en su momento, los embates del apartheid y se vieron forzados al exilio. Entre ellos el pianista Abdullah Ibrahim, su esposa y cantante Sathima Bea Benjamin, el trompetista Hugh Masekela y la extraordinaria vocalista Miriam Makeba.[
Ibrahim y Benjamin en el París de 1963 encontraron a Duke Ellington, quien les propuso grabar un disco que constituye hoy una codiciada perla. Duke Ellington presents the Dollar Brand Trio introdujo a Ibrahim en los circuitos internacionales. Al pasar los años, Ibrahim ofrendó una de sus mejores piezas a la memoria del mentor, con Oda a Duke,
A Europa no había llegado con las manos vacías. A finales de los años 50 Ibrahim, como pianista, protagonizó la aventura de los Jazz Epistles, que sazonó el bebop en la onda de Charlie Parker con resonancias locales. En el grupo estaba el trompetista Hugh Masekela, un ícono de la escena sudafricana por sus valores artísticos y su compromiso con la lucha anti apartheid.
En septiembre de 2006, se produjo el debut de la Orquesta de Jazz de Ciudad del Cabo con un concierto promovido por el departamento de Arte y Cultura del gobierno sudafricano. Este proyecto reunió a 16 músicos de toda Sudáfrica para realizar arreglos de obras de diferentes compositores de jazz, incluido Abdullah Ibrahim, quien también actuó en el concierto. De entonces acá, la agrupación ha devenido punta de lanza en la promoción del jazz en el territorio austral, y específicamente, de lo que se ha dado en llamar el estilo del Cabo.
Masekela (1939 -2018) tiene que ser recordado en este día. Reinó en el jazz y el afropop. Fue un trompetista fuera de serie. Hizo carrera en Estados Unidos, donde a finales de los años 60 consiguió escalar al número uno del listado de Billboard con su obra Grazing in the grass, perteneciente al álbum The promise of a future. Su obra Bring him back home simbolizó la lucha por la libertad de Nelson Mandela y fue cantada durante el periplo internacional del líder tras su excarcelación. Si el jazz tiene carta de ciudadanía sudafricana, se debe en buena medida a la contribución de Masekela.