Sobre la dramaturgia necesaria

Ivi May Dzib

Malas Palabras

Ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia al Mejor Teatro para Niños en el 2001 de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), premio que por cierto se dejó de convocar, Malas Palabras, de Perla Szuchmacher, se ha convertido en uno de los textos más emotivos y representados en el teatro mexicano para niños.

Malas palabras fue editado en el año 2004 por Corunda-Conaculta en su colección “El mejor teatro para niños”, Ediciones y Producciones escénicas Paso de Gato en su colección Cuadernos de dramaturgia para joven público; lo editó en el año 2010 y si lo quiere encontrar de manera gratuita, basta que vaya a esta dirección para descargarla https://www.celcit.org.ar/publicaciones/biblioteca-teatral-dla/ ?q=malas%20palabras&f=&m=.

La obra nos habla de Flor, una mujer adulta que nos cuenta su infancia, de cómo con su amigo “Pelos” jugaban a buscar malas palabras en el diccionario. Flor le pide a su madre una foto de cuando era “bebé-bebé” para poner en un portarretratos que será el regalo para el Día de la Madre. La madre de Flor le dice que no tiene fotos de ella de “bebé-bebé” y le entrega una de cuando tenía dos años.

Flor hace muchas preguntas sobre su origen, ya que no sabe por qué sus padres no tienen ni su ropa ni sus fotos de bebé, la tía convida a los padres a decirle la verdad a Flor, quien ya sabe que la familia guarda un secreto sobre ella.

Haydeé Boetto, quien interpretó por primera vez a Flor en el estreno de la obra en el Centro Cultural Helénico en 2002 señala: “Perla Szuchmacher toma como punto de partida el tema de la adopción y lo convierte en vehículo para hablar de la identidad, la pertenencia, la amistad, el destino y el amor. Desde su sencillez y sutileza, Malas Palabras divierte y emociona. Su cálida luz seguirá iluminando a quienes la lean, la vean, la dirijan… y a los que, como yo, tengan la fortuna de representarla”.

Cuando Flor descubre que es adoptada se esconde de sus padres, quienes, preocupados, la buscan; Flor se refugia en su lugar íntimo, que sólo su amigo “Pelos” conoce y que, viendo la preocupación de los padres, termina por confesarlo. Flor se enemista con “Pelos” por “traidor”. “Pelos” le hace ver a Flor el amor que le tienen sus padres y los compara con los padres de Benítez, quien nunca sale a jugar porque siempre es castigado:

Flor Niña: “Bueno ¿Está Benítez? De parte de Flor y el Pelos. Benítez, ¿por qué lloras? ¿En serio? Ni modo, que te sea leve. Está castigado, otra vez”.

Pelos: “Siempre está castigado”.

Flor termina la obra donde empieza, en su lugar de trabajo, compuesto de una mesa, una silla, una máquina de escribir mecánica, papeles y pilares de libros, Flor es escritora:

Flor: (al público) “Los juegos del diccionario me sirvieron mucho. Siempre me gustó jugar con las palabras. Las palabras no son buenas ni malas. Lo que importa es cómo se usan. Ahora sé que las únicas ‘malas palabras’ son las que se callan”.

Esta obra te hará reír y llorar, pero también es un reto para la interpretación, ya que la historia la cuenta un solo intérprete, pero a través de muchos personajes, la autora sabe del reto de su propuesta y por lo mismo le da las armas al director para llevarla a escena, dice la acotación inicial:

“Es imprescindible que en el trabajo de montaje, la actriz improvise con todos los objetos, para encontrar los más adecuados a cada personaje. Los objetos también se utilizan para producir sonidos y enriquecer las atmósferas; el aspecto sonoro tiene que ser tan importante como el visual”.

Perla Szuchmacher (Buenos Aires, Argentina, 1946) fue una directora de teatro, dramaturga y maestra especializada en teatro para niños y jóvenes.

Entre sus obras publicadas se encuentran: Canek, El rey que no oía, pero escuchaba, Una historia común, Paz…torela y ¡Vieja el último! La maestra Perla dejó este mundo en el año 2010. La editorial Paso de Gato publicó al año siguiente el libro Las buenas y las malas palabras, libro que contiene todas sus obras.

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