Onfalia Yoga, “una iniciativa de yoga que comprende la diversidad de los cuerpos y cultiva el deseo de vincularidad, de conexión con todas las cosas”, tendrá su nueva residencia en el Centro Cultural La 68, ubicado en la Calle 68 #468, en el Barrio de Santiago del centro meridano. La maestra en Hatha y Vinyasa, con 400 horas de formación en estas disciplinas con énfasis en el yoga restaurativo, Judith Buenfil, se enfoca en el bienestar físico y el autoconocimiento que facilitan estas prácticas.
“Se le llama Hatha yoga a toda la práctica de yoga que combina posturas (asana), respiración (pranayama), mudras y mantras, entre otras cosas”, explica en entrevista con POR ESTO! “Actualmente, se conoce como Vinyasa a un estilo más dinámico y, podríamos decir, demandante; Hatha, a una práctica que busca más la permanencia en las posturas básicas. Pero en sí, todo es hatha yoga”. Por otra parte, “el restaurativo es un estilo de yoga que busca relajar el cuerpo, liberarlo de tensiones musculares. Es también una manera distinta de fortalecimiento, más terapéutica”.
Onfalia Yoga se ha propuesto abrir la práctica a cuantos estén interesados, sin limitaciones por su complexión, edad o tamaño. “Yo tengo un cuerpo no normativo en el cuerpo del yoga, tanto occidental como oriental. Sin embargo, encontré que en el yoga hay espacio para todos los cuerpos, aunque eso no se promueve mucho y no es tan visible”. Judith complementa: “Se tiene la imagen de los maestros muy fit, jóvenes, haciendo posturas acrobáticas”. La maestra, preparada también en técnicas hipopresivas, expone: “Todos tenemos cuerpo. Todos podemos practicar yoga, no sólo los cuerpos fuertes y flexibles”.
Judith, en la página de Instagram de Onfalia (@onfaliayoga), ha dicho que guarda “respeto por una tradición que no me pertenece (…) porque es la posición en la que me siento más congruente”. Sobre esto, profundiza: “Pienso que no debemos tomar a la ligera lo que en occidente tomamos como espiritualidad oriental. No debemos acercarnos a ella porque sea llamativo o nos dé una especie de confort. Deberíamos acercarnos a esos conocimientos con una curiosidad honesta que implique mucho estudio. También debemos cuestionarnos qué tan fácil es volverse dogmático”. Ofrece un ejemplo: “Hanumanasana, una postura parecida al llamado split, está relacionado con el mito de Hanuman, que es precioso y tiene una metáfora del esfuerzo para lograr las empresas complicadas. ¿Qué tanto de eso, sin embargo, hemos romantizado en occidente, y qué tanto hemos tomado las cosas llamativas que venden mucho, pero que no respetan la tradición?”.
Además de la sanación corporal, la instructora relacionó el yoga con otros procesos de salud mental y emocional. “Pero siempre hay que tomarlo con responsabilidad. Si tienes dolores en el cuerpo o un padecimiento psicológico, siempre es bueno recurrir con especialistas”. El yoga, a final de cuentas, “es un estilo de vida, y cada practicante debe encontrar su perspectiva, así como cuestionarse lo que se nos dice y lo que aprendemos”.
SY