Hasta el 26 de junio de este año será posible transitar por el callejón del Portal de Granos y encontrar 18 fotografías en carteles al aire libre que recuerdan la imagen de la capital yucateca a finales del siglo XIX e inicios del XX.
Espacios públicos y su pasado: esquinas y arquitectura de Mérida, muestra organizada por la Fototeca Pedro Guerra de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY), hace visibles “edificios cerca de los cuales se transita normalmente, y a los que muchas veces nos referimos coloquialmente como si tuvieran un estilo colonial, cuando en realidad no es así”, según explica a POR ESTO! el encargado de Investigación, Difusión y Montaje de la Fototeca, Ricardo Pat Chan.
“En muchas ocasiones, cuando escuchamos ‘esquinas y su pasado’, nos vamos a las anécdotas que se insertan en esos cruzamientos”, comenta Pat, “sobre todo haciendo alusión a esos cuadros que normalmente se veían en distintos periodos y contextos sociales para identificarlas, como ‘La vencedora’. Eso hace que se haga a un lado, frecuentemente, que las esquinas de las calles de Mérida tienen muchísima historia. Desde ahí tuvimos este pensamiento al nombrar la exposición, que quizá en algún momento haga decir al público que ‘eso no tiene que ver con el pasado’. Muchos de las edificaciones ya ni siquiera tienen este tipo de arquitectura, pues han pasado por varios cambios”.
El montaje fue asistido por el Dr. Roberto Reyes y el Mtro. Enrique Castellanos, ambos arquitectos y que laboran en la Facultad de Arquitectura de la UADY. Los expertos se propusieron “hacer bosquejos y denominarlos de manera correcta de acuerdo al estilo arquitectónico al que pertenece el edificio en el momento en el que se tomó la foto. Si la imagen se capturó a principios del siglo XX, debimos investigar el estilo arquitectónico de entonces, que también fue muy complicado, porque hay variaciones”, dice Chan.
La propuesta “performativa” es “que tanto las exposiciones como el sentido de las mismas generen experiencias en las personas. Con este punto de partida, intentamos que, desde el nombre de la exposición, las personas puedan tener una idea de lo que verán más allá de un discurso que nosotros les impongamos”. Aclara Pat: “es por eso que la exposición no está cargada de datos históricos o de anécdotas, pues sabemos que cada persona conoce distintas vivencias de estos espacios. Estamos seguros que, al conocer las fotografías, la gente desarrollará un interés sobre cómo era y cómo es su ciudad. Es muy necesario preguntarnos el por qué de los espacios que transitamos”.
El lugar que se seleccionó para la exhibición, en el perímetro de la Plaza Grande, “es uno en el que transitan muchísimas personas en el día a día. En ese corredor, de una u otra manera, podrán apreciar esto. En algún momento, estamos seguros -confía Chan-, mirarán aunque sea de reojo, e incluso buscarán las esquinas preguntándose cómo han sucedido y han sucedido en estos cambios”.
“Las esquinas que mostramos son muy conocidas”, comenta el encargado. “No tienen un orden específico en la exposición: la esquina del Louvre, donde está actualmente Bisquets Obregón, en la esquina de la calle 62 por 61, es donde estaba el Café Tonet. Puede que digan que la catalogación está mal, y eso es lo interesante, porque justo en la esquina estaba ese Café y, junto a él, el famosísimo Louvre. La esquina de enfrente, el Centro Cultural Olimpo, cuya planta alta pertenecía al Jockey Club a inicios del siglo XX, cuando se ponían de moda los cafés de diversa índole. El Olimpo se vuelve muy relevante porque, cuando abre sus puertas, era un lugar en el que se ofrecía también comida barata. Tenemos también una esquina de la Calle ancha del Bazar, como también una muy importante para nosotros: la 57 por 60, la del edificio central de la máxima casa de estudios, pero cuando no se ha hecho la remodelación, sucedida en 1938. Aparece también la esquina donde hoy está el Instituto Benjamin Franklin, la 57 con 52, y otra donde estaba un edificio de la UNAM, la 54 con 61. Son esquinas en las que, a veces, uno no se da cuenta de los edificios, porque únicamente se ve la pared mientras se sigue el camino”.
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JG