Ante los bajos niveles registrados de captura de mero en Yucatán durante los primeros días de la temporada 2021, investigadores advierten que en un lustro posiblemente, la especie dejará de ser rentable. Por tal motivo, la acuacultura sería la estrategia más idónea para revertir su sobrexplotación.
Recientemente, el presidente de la Federación Regional de Cooperativas Pesqueras del Centro y Poniente de Yucatán, José Luis Carrillo Galaz, declaró que, tras el arranque de la temporada de captura (1 de abril), los números no están resultando alentadores, pues apenas se habían registrado 134.8 toneladas recolectadas. Esta cifra resulta “baja”, comparándola con años anteriores.
De acuerdo con el investigador del Departamento de Biología María del Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Dr. Alfonso Aguilar Perera, aproximadamente en cinco años el mero ya no será rentable para la industria pesquera y mucho menos para los consumidores. Afirma que habrá producto; sin embargo, este no contará con la talla adecuada para cubrir la demanda.
Advirtió que la Carta Nacional Pesquera pone a la especie en “deterioro”, mientras que la Unión Nacional para la Conservación de la Naturaleza pone al mero en la categoría de “vulnerable”, con una población decreciente.
La disminución de las cantidades de mero por sobreexplotación se registra desde los años setenta. En 2005 se creó la veda, la cual comprendía un mes solamente. Fue hasta el 2017 que se estableció por un periodo de dos meses, vigente hasta la actualidad.
Como medida para prevenir este posible escenario, la investigadora de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Sisal, Dra. Claudia Verónica Durruty Lagunes, propone a la acuacultura, pues el mero es una especie que se adapta fácilmente a esta modalidad de producción, la cual ya se realiza en diversas partes de Asia, particularmente en China.
En la charla “La importancia del mero en el estado y el porqué de la veda”, organizada por la Secretaría de Pesca y Acuacultura Sustentables de Yucatán (Sepasy), mientras proponía el uso de esta estrategia productiva, Durruty Lagunes expuso que desde los años 90 del siglo pasado, la disponibilidad de peces se ha estancado. No ha habido aumentos; simplemente altibajos. “No hay una mayor producción y no podemos sacar del mar, más de lo que se extrae ahora. La acuacultura empieza a desarrollarse y aumenta. Está produciendo peces, organismos acuáticos que ya no podemos conseguir de manera natural”, mencionó la especialista.
Agrego que, en el caso del mero, considerando que es una especie valorada por su precio y sabor, no solamente en Yucatán, sino a nivel mundial se debe considerar su cultivo. Esto le brindará un sello de importancia comercial y deportiva y, además, porque la especie es noble, resistente a enfermedades y se adapta a los estanques.
Además de ser una alternativa a la sobrepesca y la destrucción del hábitat del mero, explicó que la acuacultura brindará posibilidades de que crezca su disponibilidad pues en Asia, particularmente en China, se cultivan de manera comercial 47 especies, de las cuales 17 son híbridas.
Datos presentados durante la ponencia, revelan que a nivel mundial en el año 2000 se produjeron 20 mil toneladas de mero, mientras que en el 2015 se registraron 150 mil por medio de la acuacultura.
Expuso que, desde la UNAM, se ha estado trabajando en este tema que hoy requiere de la suma de todos los sectores.
“Necesitamos de la información de la biología pesquera, testimonios de los pescadores, de las artes de pesca. Eso nos permitirá conocer la respuesta del animal y qué necesita. Los meros son animales muy expresivos, por llamarlo de alguna manera. Si están contentos, cambian de color, tienen respuestas positivas que nos dan mucha confianza y creemos que, en un futuro no muy lejano, se contará con las primeras larvas producidas en laboratorio”, comentó, Durruty Lagunes.
SY