Entre “prosas poderosas y vigentes”, como señaló el moderador Joaquín Tamayo; se llevó a cabo la mesa de Literatura Crónica, organizada por Sedeculta, en el marco de la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán 2023. En ella participaron la doctora en Literatura Mexicana y miembro nacional del Sistema de Investigadores nivel 1, Karla Marrufo; los periodistas y narradores de medios impresos y digitales Mateo Pereza Villamil y Lilia Balam; y Luis Herrera, destacado promotor, pianista, periodista cultural y empresario.
Karla Marrufo abrió la mesa recordando que sus inicios al escribir crónica fueron en una clase universitaria al redactar una nota sobre las corruptelas de la policía que antes estaban en la zona de Pacabtún. Sin embargo, cuando escuchó “en la versión original había más sangre”, por parte de su profesor de aquel entonces, no sólo se dio cuenta de que enducoloró el texto, sino que se comenzó a cuestionarse sobre “qué es lo que se tiene que contar, hasta dónde sí y hasta dónde no”.
De ahí, se dedicó a explorar la crónica urbana, desde la línea de Monsiváis, pues le pareció una propuesta interesante “el sentido del humor, la crítica aguda, sin caer en el panfleto, y sobre todo la exploración genuina, entregada y devota con el cuerpo de las calles, de los bares y de los antros, y ese fue el ejercicio en Arquitecturas de lo invisible”.
Señaló que su pluma se nutre de la estética del Modernismo, cuya principal propuesta radica en narrar la realidad a partir de matices: “La idea del lenguaje cuidado, pensado y calibrado, para describir una escena, una atmósfera o un momento me sedujo mucho, y que continué rastreando en la crónica de viaje”.
La autora dijo que siempre le ha interesado explorar la afectividad, el ocio y los espacios para esos encuentros: “Me interesa recuperar en cómo estamos en el mundo, qué hacemos para divertirnos, el convivir con las demás personas y en cómo se mueven nuestras emociones, pues creo que es un testimonio de lo que somos”.
Por otro lado, Mateo Peraza Villamil señaló que empezó a escribir crónica por una “tergiversación”, pues, al provenir directamente de la tradición cuentística, carecía de recursos periodísticos: “No tuve una formación periodística y me aventaron directamente al ruedo únicamente con herramientas de construcción de ficción. Con esto, empecé a redactar cuestiones de coyuntura como si fueran cuentos, lo cual me valió de muchísimas recriminaciones”.
Asimismo, Villamil explicó que para él una crónica es un género, ya que “tiene características precisas como una escenografía, una postura en primera persona y una narración”. Además de que le brinda un acercamiento particular al lector, pues “cifra la realidad nacional, con la cual nos vinculamos de manera cultural y social”.
Por último, aseguró que es partidario de los temas simples, banales y cotidianos, ya que considera que pueden transformarse en grandes crónicas. A nivel temático, ahora está abocado a escribir sobre su niñez y adolescencia y sobre experiencias personales como “una suerte de conjuración”.
De acuerdo con Lilia Balam, el primer encuentro que tuvo con la crónica fue 'accidental'. Señaló que al dedicarse a escribir notas diarias, a lo largo del tiempo empezó a utilizar el periodismo narrativo como una herramienta para explicar de manera fácil, sencilla y precisa una serie de sucesos: “A veces contar algo con un orden permite que las personas sepan cómo sucedieron los hechos y qué implicación tienen en sus vidas.
Pasé de la nota diaria a tomar la crónica como un recurso, lo cual surgió de manera inconsciente. Justo cuando empecé a cubrir notas de violencia de género, empecé a explorar los nuevos caminos de narrativa, sobre todo para no hacer la típica nota roja”. En cuanto a sus influencias literarias, la periodista se declaró fan de Leila Guerreiro, Elena Poniatowska, Cristina Rivera Garza y Lydiette Carrión.
Además, explicó que un texto que le ocasionó un gran impacto fue Acapulco Kids, ya que encontró lo que denomina “vicios en el periodismo”.
Aclaró que para ella escribir una crónica es un acto de responsabilidad y tener respeto por el testimonio de la gente, sobre todo por el hecho de que considera que “la sociedad debe informarse de manera adecuada”. Por otro lado, Luis Herrera eligió incursionar en la crónica porque, a diferencia de las notas diarias que se entregan en un tiempo límite, “te da más flexibilidad y tiempo para enviarla a los medios”.
De igual manera, le permite acceder a “una realidad alejada de ti, tanto en lo social como en cualquier otro aspecto”. Respecto a sus referentes literarios, Herrera platicó que entre sus favoritos se encuentran Monsiváis, Martín Caparrós, sobre todo por los adjetivos y los detalles que cada uno maneja en su prosa.
También, le gusta escribir sobre temas políticos e ideológicos, sobre todo “considerando que cada quien tiene su mirada dependiendo de su contexto”.
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CC