Sarah Ehekircher tiene 51 años y reveló en una columna para el diario inglés The Guardian el calvario que vivió al ser abusada sexualmente por su entrenador Scott MacFarland, cuando ella era menor de edad y tenía el sueño de llegar a unos Juegos Olímpicos.
La madre de Ehekircher murió cuando ella tenía 12 años, justo antes de que empezara su vida dentro de las albercas. Su padre se volvió alcohólico y se casó con otra mujer, por lo que le perdió atención a la joven atleta.
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Su padre le impidió entrenar y le dijo que si lo volvía a hacer la correría de la casa, promesa que el hombre cumplió y cuando la joven de entonces 16 años, volvió a casa encontró sus cosas en la calle.
La situación se complicó, y fue cuando MacFarland apareció en su camino, pues era un entrenador de 30 años que se aprovechó de su vulnerabilidad: “Todo el mundo sabía que vivía con un hombre de unos 30 años, pero nadie me preguntó si estaba bien o si me estaba pasando algo malo. Los otros niños estaban todos enfocados en ganarse la aprobación del entrenador, y sus padres estaban demasiado preocupados por el desempeño de sus hijos”.
Ehekircher relató que después de cenar su entrenador la hacia subirse a una bicicleta fija durante dos horas y al bajar la pesaba, esto como parte de su estrategia para mermar su estado emocional: “El punto era quebrar la confianza en mí misma para que él pudiera abusar sexualmente de mí más adelante”.
“Todo en lo que podía pensar era en ir a los Juegos Olímpicos. Ese es el cuento de hadas que los entrenadores ponen ante cada niño de ojos estrellados que se convierte en nadador. Un sueño que los entrenadores con malas intenciones ejercen absolutamente en su beneficio, preparándolos con la promesa de convertirse en un gran nadador mientras te derrotan y provocan actuaciones de las que no sabías que eras capaz. Los entrenadores utilizan comportamientos depredadores para que los niños hagan cualquier cosa que les pidan. Lo sé porque me pasó a mí”, abundó.
Ehekircher sufrió dos abortos, los cuales denunció tiempo después, pero nunca recibió respuesta por parte de la Federación de Natación de Estados Unidos, pues le dijeron que debería superarlo porque no era el único caso: “Los abortos fueron una parte muy dolorosa y traumática de mi vida, se convirtió en una maleza que se hacía cada vez más grande. En 1999, fui hospitalizada en Virginia después de mi primer intento de suicidio“.
Tras un primer intento de suicidio en 1999, la nadadora fue cuando decidió demandar a MacFarland en el 2004, donde fue rechazada, más tarde lo volvió a intentar en 2013, pero fue hasta el 2018 que las reglas de California cambiaron, porque anteriormente la USA Swimming no prohibía las relaciones sexuales entre deportistas y entrenadores.
En 2018 MacFarlnd sufrió las consecuencias de que la historia se hubiera hecho pública y a 35 años de sus abusos, Ehekircher interpuso, junto con su abogado, una denuncia que sí procederá en el condado de Orange: “Hay tantos adultos que me fallaron, nada de esto hubiera sucedido si solo un adulto intentaba ayudarme”, explicó la nadadora.
AM