Este lunes se hizo historia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con la participación de la primera deportista transgénero. Se trata de la halterista Laurel Hubbard, de Nueva Zelanda, quien para su mala suerte no pudo levantar ninguna de las pesas en la competición de +87 kg y fue eliminada.
En el primer intento, la neozelandesa apuntó a alzar 120 kilos, pero no pudo lograrlo. Trató de aumentar el peso a 125 kilos en los siguientes intentos, pero tampoco tuvo éxito y abandonó la plataforma con una inclinación de cabeza y gesto de agradecimiento.
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Esta primera prueba fue dominada por la atleta china Li Wenwen, que logró finalizar con una última arrancada de 140 kilos que adornó con un nuevo récord olímpico, y que completó en dos tiempos con otra plusmarca de 180 para un total de 320.
A sus 43 años, Hubbard era la competidora de mayor edad en la prueba de Halterofilia de Tokio, en la que su inclusión había suscitado un intenso debate sobre la equidad para las mujeres, la identificación de género y la inclusividad.
Hubbard, quien nació hombre, retomó la halterofilia tras un largo periodo de ausencia del deporte. Era señalada como candidata a una medalla en Tokio tras haber ganado una plata en el campeonato mundial en 2017 y un oro en el campeonato de Oceanía en 2019.
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AR