La final de la Copa Colombia 2024 quedó marcada por lamentables episodios de violencia cuando integrantes de la barra Barón Rojo Sur provocaron graves disturbios en el Estadio Pascual Guerrero, obligando a la suspensión prematura del partido cuando Atlético Nacional se perfilaba como campeón con un global de 3-0 sobre América de Cali. Los incidentes comenzaron al minuto 86 para la conclusión reglamentaria del encuentro, que terminó con un empate parcial 0-0.
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Efraín Juárez, a un paso de convertirse en el primer DT mexicano campeón en Colombia ¿Quién es?
El árbitro Ortiz se vio forzado a detener el encuentro, el cual aún no ha sido oficializado con el final. Ante la magnitud de los disturbios varios medios ha reportado aficionados heridos que tuvieron que ser evacuados. Se cree que la situación impediría que el equipo verdolaga pudiera realizar la tradicional vuelta olímpica, pero eso no quitó que celebraran en los vestidores, transformando lo que debió ser una celebración histórica en un episodio vergonzoso para el futbol colombiano.
Para Efraín Juárez, técnico mexicano de Atlético Nacional, la noche representó una agridulce primera conquista en su carrera como entrenador. A pesar de convertirse en el primer estratega mexicano en conseguir un título en el fútbol colombiano, las circunstancias impidieron una celebración apropiada en lo que hubiera sido un momento histórico para su carrera.
El título estaría asegurado gracias a la victoria 3-1 en el partido de ida en Medellín, quedará registrado en los libros de historia del futbol colombiano, pero inevitablemente asociado a estos actos de violencia que obligaron a una conclusión anticipada del encuentro. La decisión final sobre el tiempo reglamentario y el protocolo de premiación quedó en manos del cuerpo arbitral, priorizando la seguridad de todos los presentes.
Las autoridades del futbol colombiano deberán ahora investigar y tomar medidas contra los responsables de estos actos que no solo empañaron la celebración del título, sino que también pusieron en riesgo la integridad física de los asistentes al estadio. Este incidente reaviva el debate sobre la seguridad en los estadios y el control de las barras bravas en el fútbol sudamericano.