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Un hombre recuerda su experiencia a los 6 años en una fiesta de Diddy White, revelando escenas inapropiadas y cuestionando la presencia de menores.

Justin Litovsky, ahora de 30 años, ha compartido sus recuerdos de cuando asistió a una fiesta organizada por Puff Daddy en los Hamptons durante los años 90. Lo sorprendente de esta historia es que Justin tenía apenas 6 años cuando presenció escenas que, según él mismo admite, no comprendía en ese momento.

"Había mucha marihuana y mujeres en topless por todas partes", recuerda Justin. Su madre, Maya Litovsky, corrobora el relato, expresando su incomodidad ante la situación: "Había botellas por doquier y mujeres desnudas. Me cuestionaba si era apropiado que hubiera niños allí".

Estas revelaciones arrojan luz sobre las infames "Fiestas Blancas" de Diddy, conocidas por sus listas de invitados repletas de celebridades y su ambiente desenfrenado. Imágenes exclusivas obtenidas por medios muestran escenas de estas fiestas, con champán fluyendo libremente y invitados en diversos estados de desnudez.

El caso ha ganado atención adicional debido a las recientes acusaciones legales contra Sean "Diddy" Combs, quien enfrenta cargos por tráfico sexual. Un abogado ha presentado nuevas alegaciones que involucran a un menor de 9 años en un presunto abuso en un estudio de grabación.

El equipo legal de Diddy ha negado categóricamente estas acusaciones, afirmando que son "falsas y difamatorias". Sin embargo, el relato de Justin Litovsky y las imágenes que han salido a la luz plantean serias preguntas sobre la naturaleza de estos eventos y la presencia de menores en ellos.

Este caso no solo pone de manifiesto los excesos de la industria del entretenimiento, sino que también abre un debate sobre la responsabilidad de los adultos en la protección de los menores en entornos potencialmente peligrosos.

A medida que se desarrolla esta historia, queda por ver cómo impactará en la reputación de Diddy y en la percepción pública de las fiestas de celebridades. Lo que es innegable es que ha dejado una marca indeleble en la vida de Justin Litovsky y posiblemente en la de otros niños que se encontraron en situaciones similares.

AG