Dr. Antonio Benavides Rosales*
Entre los muchos aprendizajes que nos trae la pandemia que vivimos actualmente está la clara noción de que estamos entrando en una nueva era, en una realidad alterna, que ya existía, pero de la cual no teníamos plena conciencia o no estábamos del todo preparados para afrontarla como sociedades. Una era de reconstrucción, de reestructuración, con cambios importantes en la economía, la ciencia política, la redistribución de los recursos, en la eterna lucha por satisfacer las necesidades básicas de los individuos que forman parte del colectivo social.
En algunas regiones del planeta, como China o Rusia, estos cambios parecen haber iniciado desde hace décadas, impulsados por componentes culturales de tradición ancestral, que han resultado ser parte esencial de la fórmula del éxito que estas superpotencias han obtenido en los últimos años. No es casual que incluso medios masivos de comunicación conservadores, como el periódico británico Financial Times, clamen por reformas políticas y económicas radicales, “impensables hasta ahora”, en las que el Estado tenga un papel preponderante como eje rector en la redistribución de los recursos y contrapeso del “libre mercado”.
Como apunta este diario, “como los líderes occidentales aprendieron en la Gran Depresión, y después de la Segunda Guerra Mundial, para exigir sacrificios colectivos debes ofrecer un contrato social que beneficie a todos”. Contrato social1 es una expresión que se utiliza en la filosofía, la ciencia política y la sociología en alusión a un acuerdo real o hipotético realizado en el interior de un grupo por sus miembros como, por ejemplo, el que se adquiere en un Estado en relación a los derechos y deberes del Estado y de sus ciudadanos.
Es en este sentido que como ciudadanos requerimos contar con sistemas políticos, económicos y de salud más resistentes a las emergencias y a los desastres, porque, como asegura el Financial Times:
Si hay un lado positivo en la pandemia de Covid-19, es que ha inyectado un sentido de unión en las sociedades polarizadas…también arroja una luz deslumbrante sobre las desigualdades existentes, e incluso crean otras nuevas. Más allá de derrotar la enfermedad, la gran prueba que todos los países enfrentarán pronto es si los sentimientos actuales de propósito común darán forma a la sociedad después de la crisis.2
Cabe resaltar aquí la entrevista que John Ackerman le hizo recientemente al Dr. Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, a propósito de su papel central en la actuación del Gobierno de México ante la pandemia, en la cual es un tema recurrente el interés por el bien común y la solidaridad social, como estrategia institucional de Estado ante la emergencia, prefiriendo siempre la alianza y la cooperación social,3 antes que la coerción, las multas o el cierre de fronteras, aeropuertos, etcétera.
Estrategia que, en palabras del mismo López-Gatell, es anacrónica –el cierre de fronteras, caminos y aeropuertos–, porque está comprobado, no solo científicamente sino históricamente, que no existen muros o fronteras que puedan detener a las epidemias, como pudieran pensar en Estados Unidos o en diversos países latinoamericanos.
En este sentido y dado que estamos obligados a reconstruir un mundo que se acaba y cuyo destino es incierto, el humanismo, la solidaridad social y la ciencia resurgen como referentes esenciales para la reestructuración social. En particular, cuando tenemos que priorizar las necesidades con el fin de orientar las políticas públicas en materia de regeneración urbana, para combatir la vulnerabilidad, así como para emitir recomendaciones y acciones preventivas para incrementar la resiliencia de la población de las ciudades a partir de indicadores de resiliencia, adaptación, recuperación y preparación.
Notas
1 El contrato social o los principios del derecho político, más conocido como El contrato social, es un libro escrito por Jean-Jacques Rousseau y publicado en 1762. Es una obra sobre filosofía política y trata principalmente sobre la libertad e igualdad de los seres humanos bajo un Estado instituido por medio de un contrato social (Wilkipedia la enciclopedia libre, 09/04/2020).
2 “Virus pone al descubierto la fragilidad del contrato social”, Financial Times, 03/04/2020.
3 Que se sintetiza en el tan citado lema “Quédate en casa”.