El declive en la preferencia por el matrimonio entre las nuevas generaciones en México se atribuye a su reticencia a compromisos de largo plazo, la disminución de la influencia religiosa y los desafíos económicos para mantener un hogar común, según Andrea Kenya Sánchez Zepeda, investigadora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.
Este cambio cultural hacia formas de unión más flexibles, aunque permite mayor libertad, también refleja una tendencia hacia la irresponsabilidad en las obligaciones socioafectivas.
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Sánchez Zepeda señala que, a pesar de la mayor libertad en las relaciones, existe un problema subyacente de falta de compromiso.
La investigadora destaca que el enfoque en las libertades individuales no debe descuidar los compromisos socioafectivos y el respeto mutuo.
Los jóvenes de hoy prefieren relaciones basadas en la inmediatez y la virtualidad, lo que afecta la construcción de vínculos sociales significativos.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran una disminución en los matrimonios registrados en México, pasando de 707,422 en el año 2000 a 453,085 en 2021 y 507 mil 52 en 2022.
En este último año, los estados con las tasas más altas de matrimonios por cada mil habitantes de 18 años o más, fueron Quintana Roo, Sinaloa y Guanajuato; mientras que con las tasas más bajas fueron Ciudad de México, Puebla e Hidalgo.
La influencia de las instituciones religiosas en el concepto de matrimonio ha disminuido notablemente, junto con las nociones tradicionales de amor y sacrificio.
Además, las dificultades económicas representan un obstáculo importante para los jóvenes que desean formar un hogar juntos, enfrentándose a la inestabilidad laboral y la imposibilidad de adquirir vivienda propia.
Sánchez Zepeda también menciona que las luchas sociales y los derechos de las mujeres han modificado la percepción del matrimonio, en un contexto marcado por la violencia familiar y el aumento de feminicidios.
Concluye que, a pesar de estos desafíos, el momento actual ofrece una oportunidad para fomentar relaciones más auténticas y responsables.
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