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Internacional

Aunque no sea la más hermosa…

Por Marina MenéndezFotos: Lisbet Goenaga

LA HABANA.— Después de conocer la exuberancia de selvas y ríos del cono Sur, y el azul misterioso y profundo de otros mares caribeños, cualquiera duda de aquella frase famosa de los libros de Historia. “Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos vieron”…, nos enseñaron que exclamó Cristóbal Colón al poner pie en la isla de Cuba, justamente por estos días del lejano octubre de 1492.

Y una puede preguntarse, a la altura de la experiencia: ¿Sería el alivio luego de tres meses navegando sin saber si llegaría a las buscadas Indias? ¿O es que Cristhoper Colombus, quien ya había arribado antes al bautizado San Salvador (Guanahaní), desconocía aún al resto de América?

Fuera o no la más bella para el “descubridor”, los cubanos la seguimos viendo preciosa. Mas la calidez de sus aguas, el límpido azul del cielo, y la fina arena de muchas de sus playas se quedan cortas frente a un valor geopolítico que hace a Cuba única, acostada y solita como está entre las dos Américas, con el rosario antillano y caribeño de pequeñas islitas, detrás…

Ser “la llave del Golfo”, como se la representa en el Escudo Nacional, ha traído sobre la isla las apetencias nunca disimuladas de los Estados Unidos desde finales de los 1800. Y a ello se añade el desafío que representa para el poder del Norte no sólo la imposibilidad de poseerla, sino el “subversivo” modelo económico, social y político de una vecina que está sólo a 90 millas.

Luego de 60 años en esa condición, tal “singularidad” de nación respondona e insumisa se suma, a los ojos del mundo, a los atributos naturales de Cuba que exaltó Cristóbal Colón.

El turismo, un motor

Desafiando —como yo— los criterios del Gran Almirante, el ministro del Turismo, Manuel Marrero, aseveró al intervenir ante el Parlamento en julio pasado que los principales atributos de esa actividad en Cuba —y que lo diferencian de “la competencia latinoamericana y caribeña”— radican en la cultura y hospitalidad del pueblo, la seguridad ciudadana y el amplio legado cultural, histórico y patrimonial de la isla, puesto a la mano de los visitantes: el país posee 277 monumentos nacionales —muchos de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO— y no pocos han sido convertidos, además, en instalaciones turísticas.

Es por ello que pese a los 38 mil 722 millones de dólares en pérdidas que la política anticubana de EEUU causa al turismo (sus medidas restrictivas sólo dejan la puerta abierta hacia Cuba a la mitad de todos los turistas que viajan al Caribe), la actividad registraba hasta mayo la recepción de 2 millones 468 mil 23 visitantes, para un cumplimiento del plan de un 95.6 por ciento, lo que representó un crecimiento de 3.38 por ciento con respecto a igual período del año anterior.

Claro, las medidas estadounidenses de asedio más fuertes se han implementado en el segundo semestre, con la derogación de los llamados viajes “pueblo a pueblo”, y la prohibición de que los cruceros atraquen en nuestros puertos, lo que afecta principalmente a los viajeros procedentes de Estados Unidos, Canadá, y de algunos países de Europa.

El estimado antes de las nuevas sanciones de Estados Unidos era de más de cinco millones en 2019. Ahora se espera que al concluir el año, los visitantes internacionales sumarán 4 millones 300 mil, para un decrecimiento de un diez por ciento frente a los 4 millones 732 mil 280 que vinieron en 2018.

Aunque los emisores principales siguen siendo Canadá, Francia y Alemania, las fuentes se expanden.

Turoperadores chinos que se encuentran este propio fin de semana en Cuba para explorar el mercado, alabaron las condiciones naturales de la isla y su infraestructura turística, y aseguraron a la prensa que la distancia no importará. “Vendrán muchos más turistas desde China el año que viene”, aseguraron.

El alto vuelo de gaviota

Las amenazas estadounidenses contenidas en el título III de la ley Helms-Burton afectan mucho al país, pero no lo detienen.

Gaviota es el único de los cuatro grupos hoteleros cubanos en la lista negra que el Departamento estadounidense de Estado dio a conocer en su memorando para la Seguridad Nacional de junio de 2017, relación donde aparece acompañada de instituciones como el MINFAR (Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias); el MININT (Ministerio del Interior); la Corporación CIMEX S.A., la compañía turística Habaguanex S.A., el Grupo de Administración Empresarial S.A. y la Unión de Industria Militar, más un rosario de hoteles y otras entidades engrosado este año, hasta sumar más de 200 nombres.

Sin embargo, ello no ha detenido su vuelo. Hace una semana, Destinos Gaviota celebró exitosamente en Varadero su Bolsa turística, con la participación de 760 delegados del patio y de agencias de viajes y aerolíneas de los principales mercados emisores de vacacionistas a Cuba.

Allí se supo que hoteles incluidos en la lista de los sancionados siguen operando. Se destacan los que operan en la capital. Por ejemplo, el Gran Manzana Kempinski, que hace tres años abrió en Cuba la línea de hoteles de lujo, o el Iberostar Grand Packard y el recién abierto Palacio Cueto, en el corazón de lo que fue La Habana colonial.

Según se anunció, otras 433 habitaciones se construyen por Gaviota en estos momentos en La Habana, y quedarán alistadas en los hoteles Marqués de Cárdenas y Monte Hermoso; en el opulento y recién inaugurado SO Paseo del Prado —que maneja la cadena francesa Accor—, y en el antiguo y ahora recuperado Gran Hotel, que se abrirá, tentador, a unos pasos del Capitolio.

Ello significará la apertura de nuevas instalaciones hoteleras de Gaviota que se extienden a localidades como el balneario de Varadero, donde ese grupo tiene abiertas hasta hoy 9 mil 594 habitaciones distribuidas en 16 instalaciones de cuatro y cinco estrellas, en tanto ejecuta otros 1,226 alojamientos en cuatro nuevos hoteles.

Esas aperturas engrosarán el total de más de 4 mil habitaciones de estreno previstas este año en el país. Y en 2020 se espera la apertura de 26 nuevos hoteles, que pondrán a disposición del turismo 4 mil 100 habitaciones más.

El bloqueo aprieta y puede que Cuba no sea la tierra más hermosa… Pero tiene mucho que brindar. ¡Y la gente viene!

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