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Internacional

Nubes oscuras en el horizonte de Bolsonaro

Cuando el noticiero de mayor audiencia de Brasil, el Jornal Nacional, reveló que el presunto asesino de la concejala carioca Marielle Franco visitó horas antes del crimen el condominio de donde vivía el entonces diputado y precandidato presidencial Jair Bolsonaro, nubes oscuras aparecieron en el horizonte del gobernante.

Basado en una filtración, la televisora Globo -que apoyó el golpe parlamentario contra Dilma Rousseff y la prisión del expresidente Lula Da Silva- afirmó que Élcio Vieira de Queiroz, sospechoso de matar a balazos el 14 de marzo de 2018 a la líder social de Río de Janeiro, concejal del municipio y miembro del Partido Socialismo y Libertad, pidió al portero del condominio visitar específicamente a “don Jair”, aunque no llegó a su casa, sino a otra del mismo predio, pues el gobernante estaba en Brasilia ese día.

El hecho aunque directamente no vincula al presidente sí lo salpica y no sorprendió tanto porque son conocidos desde hace mucho tiempo los vínculos de uno de los hijos del gobernante, el hoy senador Flavio, con las “milicias”, como son conocidos los bandos integrados por policías, militares retirados y hasta bomberos, y que dominan, a base de la violencia extrema, favelas de Río de Janeiro y municipios vecinos.

La denuncia es gravísima, pero en realidad es muy poco probable que el Jefe de Estado, por muy implicado que esté, vaya preso. Él tiene, además de la inmunidad del cargo, asesores y secuaces al estilo del personaje Olivia Pope, de la serie estadounidense Scandal, que se encargarán de intentar limpiar su desgastada imagen. De hecho, Carmen Eliza Bastos de Carvalho, una de las promotoras de Justicia del Ministerio Público de Río de Janeiro que investiga el caso de Marielle Franco, hace pública en sus redes sociales su simpatía por Bolsonaro, así que no sería de extrañar que intente desvincularlo del crimen.

Independientemente del curso de las investigaciones, lo cierto es que estamos en presencia de una disputa de las derechas en Brasil. Bolsonaro le declaró ahora una guerra al conglomerado de medios Globo, porque según él lo persiguen y hasta los llamó a gritos de “infames canallas” en un video transmitido en vivo por Facebook desde Arabia Saudita, donde se encontraba de gira. De esta forma, pone en la cuerda floja la renovación de la concesión pública que permite la salida al aire del canal televisivo. No podemos olvidar que el presidente es aliado de la Record, televisora competidora controlada por líderes conservadores de la iglesia evangélica.

En ese complicado entramado se insertan otras acciones que causan incomodidad dentro del sector conservador brasileño, como por ejemplo la disputa interna por reclamos del presupuesto destinado a las campañas electorales dentro del Partido Social Liberal al cual pertenece el mandatario.

Aunque el Frente Brasil Popular y el Frente Pueblo sin Miedo, dos destacamentos donde se agrupan el campo progresista y de izquierda en ese país, saldrán a las calles el próximo martes a protestar contra Bolsonaro y a exigir justicia para Marielle, parece haber poca fuerza para enfrentar la situación actual.

El Congreso Nacional se mantiene en silencio, el Supremo Tribunal Federal y la Procuraduría General archivaron el caso y el único líder de la oposición capaz de hacer frente a las nubes oscuras que se avecinan se encuentra preso precisamente para que Bolsonaro pueda ser presidente, libre de sombras y de fuerzas dispuestas a contenerlo.

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