WASHINGTON, EE.UU., 6 de febrero (EFE).- Durante su discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incurrió en diversas falsedades, engaños o exageraciones según los “Fact Check” (sistemas de verificación de datos) de los medios estadounidenses.
Trump afirmó que desde su llegada a la Casa Blanca se han creado 5,3 millones de empleos, 600,000 de ellos industriales, “algo que casi todo el mundo decía que era imposible de hacer”.
Datos oficiales recogidos por The New York Times indican que los empleos creados en EE.UU. desde enero de 2017 han sido 4,9 millones, 454,000 de ellos en el sector industrial. Se trata de un ritmo comparable con un periodo de dos años durante la presidencia de Barack Obama (2009-2017) y menor que en la década de 1990 en lo que se refiere a industria.
El presidente también dijo que la economía estadounidense es “la más boyante del mundo”, pero China, la India, Lituania, Polonia e incluso Grecia crecen el doble de rápido que EE.UU. Además, diversos expertos alertan de que la economía estadounidense se ha ralentizado desde el 3,5% del tercer cuatrimestre de 2018.
Todavía en el ámbito económico, abrazando el discurso feminista, Trump se congratuló por “tener a más mujeres trabajadoras que nunca” en su país, pero esa afirmación fue engañosa ya que, según los datos oficiales utilizados por The New York Times, el porcentaje de mujeres con trabajo es del 55,2%, mientras que en 2000 alcanzó un pico del 58%.
El muro y el aborto
Trump también señaló en su discurso que antes de la construcción de un muro con México en la ciudad fronteriza de El Paso esta urbe de Texas se consideraba “una de las más peligrosas del país” por sus tasas de violencia “extremadamente altas”.
Lo cierto es que a diferencia de su vecina Ciudad Juárez en México, El Paso nunca ha estado entre las ciudades más peligrosas de Estados Unidos y antes de que se construyera el muro en esa zona, en 2008, figuraba, de hecho, entre las más seguras comparada con otras de su tamaño, de acuerdo con el diario The Washington Post.
Al hablar sobre el aborto, el presidente indicó que el gobernador demócrata de Virginia, Ralph Northam, “ha afirmado que ejecutaría a un recién nacido”.
Northam, sin embargo, apuntó que apoyaba el aborto en un estado avanzado del embarazo, pero no ejecutar a un recién nacido.
Otras de las afirmaciones que los “Fact Check” cuestionaron fueron las de que “grandes caravanas (de migrantes) están marchando hacia Estados Unidos”, por exagerada, o la de que EE.UU. estaría inmerso “en una gran guerra con Corea del Norte” de no ser por él mismo al resultar inverificable.
Como en campaña
Para un mandatario en perpetua campaña, el discurso presidencial anual ante el Congreso de EE.UU. fue una oportunidad de ampliar su audiencia más allá de su ferviente núcleo de simpatizantes incondicionales, en un momento en el que cada vez más demócratas se presentan voluntarios para arrebatarle la reelección en 2020.
“Trump sabe que tiene que mejorar su popularidad entre los moderados, los independientes y las mujeres si quiere ganar la reelección. Esta noche fue el comienzo de una larga campaña para conseguirlo”, dijo a Efe el experto en Comunicación Política de la Universidad de Michigan Aaron Kall.
Disparo de salida
El discurso fue “el disparo de salida de su campaña de reelección de 2020, muy ‘presidencial’ y destinado a aumentar el apoyo de su base para pasar del 35% (de votantes que le respaldan firmemente) a un fragmento mucho mayor de la población”, coincidió Steffen Schmidt, profesor de Política en la universidad estatal de Iowa.
De pie delante de la demócrata Nancy Pelosi, la nueva presidenta de la Cámara de Representantes y con la que mantiene una tensa relación, Trump llamó a la oposición a trabajar con él para “romper décadas de estancamiento político, superar viejas divisiones” y gobernar “no como dos partidos, sino como una nación”.
El mandatario propuso ciertas medidas que podrían lograr apoyo bipartidista, como aumentar los fondos para la investigación contra el VIH y el cáncer infantil, e incluso logró una ovación demócrata cuando destacó que ahora hay “más mujeres trabajando en el Congreso que nunca antes”.
Pero aunque el presidente logró poner en pie a figuras emergentes de la oposición, como la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, también les atacó “directamente” al rechazar el socialismo como modelo de Gobierno, recordó Schmidt.
Recordando a Nixon
El momento más combativo llegó con su advertencia de que las “ridículas investigaciones partidistas” podrían frenar el crecimiento económico de EEUU, en clara referencia a la indagación sobre la trama rusa del fiscal Robert Mueller y las pesquisas de la oposición demócrata acerca de los negocios de Trump.
“Esa frase recordó al llamamiento de Richard Nixon (en su discurso del Estado de la Unión) en 1974”, cuando pidió “acabar” con la investigación sobre el caso Watergate apenas unos meses antes de tener que renunciar al cargo por ese mismo tema, explicó Kall.
Además, sus peticiones de colaboración no fueron acompañadas de ninguna oferta nueva en las negociaciones sobre inmigración, diez días antes de un posible nuevo cierre parcial de la Administración por falta de acuerdo respecto a la financiación del muro que Trump quiere construir en la frontera con México.
“¿Hubo alguna concesión al otro lado? No”, resumió para el experto en discursos presidenciales en la American University de Washington Robert Lehrman.
Dado ese ambiente enrarecido en el Congreso y su negativa a dar su brazo a torcer en el asunto del muro, la gran pregunta es si el discurso de Trump cambió algo entre los estadounidenses, si ganó algún potencial votante de cara a la campaña electoral del año que viene.
“Parece que cada año el presidente se despierta y descubre el deseo de unidad en la mañana del Estado de la Unión, y luego pasa los 364 días restantes del año dividiéndonos y sembrando un estado de desunión”, opinó el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, en un discurso en el pleno de esa instancia a primera hora del martes.
“Trump mejorará un poco en su índice de popularidad, y a su base le gustarán las historias que contó” para ilustrar sus propuestas legislativas, pronosticó Lehrman.
“Pero ¿durará esa mejora en las encuestas hasta abril? ¿Vendrá de los votantes moderados, del centro? Es difícil de imaginar”, concluyó.