Bajo la apariencia de un grupo de autoayuda estaba una sociedad secreta, en la que decenas de mujeres servían sexualmente al “amo”
Washington El nombre de Keith Raniere envuelve una figura mística mayúscula: un supuesto genio inusual en la historia de la humanidad con un coeficiente intelectual sin precedentes que fundó un grupo de autoayuda, NXIVM, para dar cursos y estudios de desarrollo profesional enfocados en personas de poder y dinero y a los que asistieron miles de personas.
Sin embargo, bajo ese halo de prodigio con títulos en matemáticas y física estaba un abusador, el “amo”, el gurú de una secta que incluía esclavas sexuales y ritos de obediencia espeluznantes. Hoy, el amo en decadencia está sentado en el banquillo de los acusados en una corte de Brooklyn, donde enfrenta cargos de tráfico sexual, pornografía infantil, extorsión, crimen organizado, trabajo forzado, lavado de dinero y fraude.
La acusación del gobierno de Estados Unidos incluye a cinco mujeres: Allison Mack, Clare Bronfman, Kathy Russell, Lauren Salzman y Nancy Salzman. Todas se han declarado culpables y van a testificar (o ya lo han hecho) contra el maestro de la secta.
En 1998, bajo el aura de gran filósofo y maestro ético, Raniere creó en Albany, Nueva York, NXIVM, que se autodescribía en su sitio web como una “comunidad guiada por principios humanitarios que busca empoderar a las personas y responder preguntas importantes sobre lo que significa el ser humano”, según reporta la BBC. Lo hacía a través de clases, cursos y seminarios bajo el nombre de Executive Success Program (ESP, Programa de Éxito Ejecutivo): estancias de entre un día y dos semanas de intensas charlas y actividades bajo el mandato y las enseñanzas del gran filósofo, con el objetivo de traspasar las barreras del ser humano y superar los obstáculos con prácticas de control de mente y cuerpo.
La “cura” no era barata: como mínimo, 2 mil dólares para dejar atrás los traumas, desligarse de miedos e incapacidades, liberarse de la autodestrucción mental. Así llegaron las actrices Allison Mack o Sarah Edmondson; o Clare Bronfman, heredera del imperio de licores Seagram. El éxito del grupo de autoayuda era imparable, mantenido por una estructura de estafa piramidal de manual que daba a la organización beneficios millonarios y cada vez más adeptos a la filosofía de Raniere.
Las clases estaban esparcidas por todo América del Norte (Estados Unidos, Canadá y México). Unas 17 mil personas han tomado algún curso o se han involucrado de alguna manera con NXIVM; en comparación, según The New York Times, la más famosa y publicitada cienciología tiene 25 mil miembros identificados.
Pero los planes de Raniere iban mucho más allá de NXIVM: conocido como “Vanguardia”, creó un subgrupo secreto y exclusivo: DOS (Dominante sobre Sumisa). “DOS era presentado como algo parecido a una hermandad para mujeres que serían capaces de llevar su autoayuda y desarrollo personal al siguiente nivel”, explica Josh Bloch, periodista de la canadiense CBC y autor del podcast Uncover: Escaping NXIVM.
Bajo el paraguas del empoderamiento de la mujer se escondía, en realidad, una relación de esclavitud sexual bajo un único amo: Raniere. “DOS es sobre mujeres uniéndose y comprometiéndose mutuamente a tiempo completo para ser ser el más poderoso y encarnado ser al presionar nuestros mayores miedos”, explicaba Mack, actriz canadiense conocida por su papel en la serie Smallville, quien se declaró culpable de asociación delictiva.
El derrumbe del “amo” La existencia de DOS fue revelada en octubre de 2017 por una investigación del Times, que relató en boca de Sarah Edmondson, una exmiembro de la secta, el rito de iniciación y unión al círculo de esclavitud sexual. Una ceremonia que pensó que sería de “un pequeño tatuaje”; sin embargo, se encontró que la desnudaron en una camilla de masaje, la sujetaron y la marcaron con punzadas a carne viva, como si fuera una res. En imágenes exclusivas difundidas por Televisa, se ve a Edmonson en todo su proceso de marcaje, tumbada cual ofreciéndose en sacrifico.
“Por favor, márcame. Será un honor, un honor que quiero llevar por el resto de mi vida”, dice en la grabación. El dolor como forma de acceso a lo sagrado. La marca, casi un símbolo de propiedad, era un jeroglífico por el que se obligaban a hacer todo aquello que Raniere deseara, bajo la amenaza de que, en caso de una negativa, la secta usaría imágenes comprometedoras de desnudos y actos sexuales, el denominado “colateral”, que las víctimas aceptaban entregar como requisito obligatorio de ingreso.
El dibujo, que parecía un símbolo de los cuatro elementos o letras griegas, no era más que las letras “K” y “R” invertidas: las iniciales del gurú. Mack confesó al Times que fue ella la que tuvo la idea de “marcar” a las integrantes de DOS con algo más allá de un tatuaje, algo que supusiera pasar las barreras del miedo, demostrar agallas y compromiso por la hermandad.
El esfuerzo por ampliar la base de esclavas era constante, siguiendo la estructura de la estafa piramidal clásica de las estructuras delictivas de Raniere, la misma que usaba en sus cursos de NXIVM. El paso de esclava a maestra de la sororidad dependía del número de esclavas reclutadas. “Me estaba presionando para tener 100 esclavas, incluso familiares y yo apenas contaba seis”, lamentó Lauren Salzman, quien ya testificó en el juicio.
La trama permitió a Raniere tener relaciones sexuales con un grupo de hasta 20 mujeres a las que sólo se les permitía tener sexo con él y obligaba a un control estricto para que se adaptaran a su canon de belleza. De no hacerlo, eran castigadas siendo insultadas en público o amenazadas de ser encerradas en jaulas.
La trama permitió a Raniere tener relaciones sexuales con un grupo de hasta 20 mujeres a las que sólo se les permitía tener sexo con él y obligaba a un control estricto para que se adaptaran a su canon de belleza. De no hacerlo, eran castigadas siendo insultadas en público o amenazadas de ser encerradas en jaulas.
Tras el reporte del Times empezaron las investigaciones, la persecución de Raniere, su fuga y posterior detención, en marzo de 2018, en Puerto Vallarta. El mismo mes fue extraditado a Estados Unidos y el pasado 7 de mayo empezó el juicio en Nueva York.
En el mes que ha pasado han testificado varios protagonistas, aunque los testigos más impactantes han sido, sin lugar a duda, las víctimas mexicanas del entramado criminal de esclavitud y sexo. Camila, Daniela y Mariana son tres hermanas mexicanas que compartieron una misma historia, la de haber sido esclavas sexuales de Raniere.
Hasta el momento, la única que ha tomado el estrado para contar sus terrorífica historia ha sido Daniela: uno de los testigos más abrumadores, espeluznantes y contundentes que ha habido por ahora; el ejemplo de cómo personas de mentes brillantes pueden ser carcomidas por la manipulación mental de líderes sectarios como Raniere.
Según contó, las tres se vieron obligadas a abortar tras mantener relaciones con el gurú: Camila, la más joven y apodada “la Virgen”, se acostó con Raniere desde los 15 años, convirtiéndose en la primera esclava de DOS y prueba del sexo con menores del gurú.
De ahí se convertiría en reclutadora de más esclavas, entrando en el círculo más cercano. Mariana es la actual mujer de Raniere, con quien tiene un hijo. Daniela fue encarcelada por dos años sin salir de una habitación por no querer bajar de peso y haberse enamorado de otro hombre. Los tentáculos de NXIVM llegaron a México para atrapar a la clase alta del país, grandes riquezas en dinero, poder y contactos que pudieran ampliar la importancia de la organización y, en paralelo, proveer de más esclavas a Raniere.
Emiliano Salinas Occelli y su socio Alex Betancourt lideraban la filial de ESP en la Ciudad de México, con una facturación de unos 50 millones anuales. Salinas Occelli, en NXIVM desde 2009 y quien llegó a ser “vicepresidente de ética” de la organización, negó rotundamente tener conocimiento de la existencia de DOS, pese a ser el mexicano de mayor relevancia dentro de la organización y una de las personas más cercanas a Raniere y de que ha sido señalado por la fiscalía como coconspirador de la trama criminal.
“Durante el periodo de mi asociación comercial con la empresa NXIVM jamás participé o estuve involucrado de forma alguna con DOS y, como se ha revelado en la propia cobertura del caso, sus integrantes siempre negaron la existencia de las prácticas que hoy se conocen sobre el grupo”, escribió hace un par de semanas. Aseguró que dejó el grupo al enterarse de los horrores que había detrás.
En el círculo más cercano a Raniere, dentro de DOS, estaba otra mexicana, Rosa Laura Junco. Ella ha sido señalada como la quinta en la línea jerárquica de DOS, encargada de guardar el material comprometedor de las reclutadas, para usar después a modo de chantaje.
Los días de esplendor de NXIVM quedaron atrás. Los horrores se conocen poco a poco. La justicia... está pendiente. (El Universal)