LA HABANA, Cuba, 26 de enero (Prensa Latina).- El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, rechazó hoy los pretextos de las autoridades golpistas de Bolivia para la suspensión de las relaciones diplomáticas con la isla caribeña, anunciada el pasado viernes.
Rechazamos categóricamente las mentiras, tergiversaciones e infundadas acusaciones del gobierno golpista boliviano, apuntó el gobernante en su cuenta en Twitter donde adjuntó la Declaración emitida la víspera por la Cancillería cubana.
En el texto las autoridades cubanas denunciaron que la decisión de Bolivia responde a las presiones de Estados Unidos para imponer la Doctrina Monroe, la hostilidad contra la isla y desacreditar la cooperación médica de la misma.
Son conocidas las presiones que el gobierno del presidente Donald Trump ejerce sobre otros países para forzarlos a sumarse a sus políticas neoliberales, unilateralistas, coercitivas y violatorias del Derecho Internacional, apuntó el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex).
Las autoridades recordaron que desde el mismo inicio del golpe en Bolivia en noviembre pasado, funcionarios del gobierno norteamericano presionaron para imponer el deterioro de las relaciones con Cuba.
Ello incluyó la persecución a médicos cubanos, acoso a los diplomáticos y abortar la cooperación médica que beneficia al pueblo boliviano, añadió el texto divulgado en la televisión nacional.
El Minrex señaló que en su momento se denunció la participación directa de funcionarios diplomáticos de Estados Unidos en algunos de los operativos represivos y violentos contra el personal de salud de la nación antillana.
Igualmente, rechazó que cuando los golpistas llamaron a detener las acciones contra los galenos cubanos, funcionarios estadounidenses intensificaron sus presiones.
El Gobierno de Cuba desenmascaró además el recibimiento en La Paz de defensores de la hostilidad contra la nación antillana como el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mauricio Claver-Carone, el subsecretario de Estado, David Hale, y una ciudadana cubana de amplia y conocida actuación contra su país, al servicio de potencias extranjeras.
Denunció al respecto que recibir a esa ciudadana sí es un hecho de injerencia en los asuntos internos de Cuba y de complicidad con las campañas hostiles a la mayor de las Antillas.
Las autoridades golpistas bolivianas no deberían hacer recaer sobre Cuba la responsabilidad por su decisión de suspender las relaciones diplomáticas entre ambos países, acotó el documento, donde se recordó que La Habana ha actuado de forma paciente y prudente y evitando la confrontación.