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MADRID, España, 16 de marzo (EFE).- La amenaza nuclear puede parecer algo del pasado, sin embargo un conflicto con el uso de menos del uno por ciento de estas armas podría llevar a una escasez global de alimentos sin precedentes, según un estudio que publica este lunes el Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (PNAS, por su sigla en inglés).

Un equipo internacional ha usado simulaciones informáticas avanzadas para predecir las consecuencias sobre la seguridad alimentaria mundial de un hipotético enfrentamiento nuclear entre India y Pakistán en el que usaran menos de un 1% de estas armas que hay en el mundo.

Una guerra nuclear, aunque limitada, tendría consecuencias indirectas devastadoras en todo el mundo, con un enfriamiento global que reduciría “de manera significativa” la producción agrícola en las principales regiones granero del mundo, desde Estados Unidos a Europa, Rusia y China.

La comparación de diferentes modelos de simulación por ordenador “reduce las incertidumbres” y podemos decir que una guerra de este tipo tendría consecuencias “sin precedentes en la historia moderna” para la seguridad alimentaria mundial “durante aproximadamente una década”

En ese escenario de conflicto, los fuegos originados por las bombas emitirían grandes cantidades de hollín a la atmósfera y causaría un bloqueo parcial de la luz del Sol.

El resultado sería un enfriamiento repentino y el cambio de los patrones climáticos. Si se emitieran cinco millones de toneladas de hollín a la atmósfera, los modelos climáticos calcularon un caída media mundial de la temperatura de 1,8 grados y un descenso del 8% de las precipitaciones durante a menos cinco años.

La reducción de la temperatura llevaría a “un shock sin precedentes” en la historia documentada, del sistema alimentario, pero no revertiría la crisis climática a largo plazo generado por el uso de combustibles fósiles, ya que aproximadamente tras una década el calentamiento global volvería a surgir.

“Ahora sabemos que un conflicto nuclear no solo sería una terrible tragedia en la región donde ocurriera, sino que también es un riesgo subestimado para la seguridad alimentaria mundial”, según el autor principal del informe, Jonas Jagermeyr, del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (Alemania). Durante el primer año tras la guerra, las reservas nacionales y el mercado global podrían amortiguar en gran medida las pérdidas de producción de alimentos, pero al cuarto año estarían prácticamente agotadas y los sistemas de comercio mundial se detendrían, indica el informe.

La disponibilidad de maíz y trigo se reduciría por lo menos en un 20% en más de 70 países con alrededor de 1300 millones de personas. “Esta es una respuesta sorprendentemente aguda en vista de los escenarios de conflicto mucho más amplios imaginables cuando se trata de una guerra nuclear”, advirtió Jaegermeyr.

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