Por Gustavo Robreño
Ha llegado la pandemia del COVID-19 con sus terribles consecuencias y, sin embargo, paradójicamente ha contribuido de manera decisiva a desenmascarar, poner al desnudo y caracterizar la verdadera esencia de la feroz campaña de mentiras, falsedades y calumnias lanzadas por el gobierno imperialista de Estados Unidos, y recogidas por los medios a su servicio, contra la colaboración médica cubana, que cumple casi seis décadas.
La oleada de presiones y chantajes a los más diversos gobiernos de todo el mundo para obligarlos a que renuncien a la altruista, solidaria y desinteresada cooperación de la bloqueada Cuba ha fracasado bochornosamente. Donald Trump y Mike Pompeo, que fueron los promotores de la infame campaña, han fracasado una vez más estrepitosamente. Jair Bolsonaro, Lenin Moreno y los golpistas bolivianos, que fueron sus seguidores, hoy hunden a sus pueblos en la enfermedad y la muerte.
Desde que se desató la pandemia, en poco más de dos meses, 22 brigadas médicas cubanas que forman parte del “Contingente Henry Reeve contra Desastres Naturales y Epidemias” han partido, a solicitud de esos países, hacia naciones de América Latina y el Caribe, Africa, Oriente Medio e incluso Europa.
Algunas de ellas marcharon hacia países que ya reciben colaboración médica cubana desde hace tiempo y ahora son reforzados por estos nuevos aportes voluntarios de médicos, enfermeras y técnicos de la salud, reclamados a Cuba por las respectivas autoridades gubernamentales y sanitarias.
Con ese motivo, suman ya más de 1,450 los hombres y mujeres del “ejército de batas blancas” de la mayor de las Antillas que, mediante las más diversas formas de colaboración, entendimiento, solidaridad y respeto mutuo, se añaden a la presencia del Contingente Henry Reeve en 60 naciones actualmente.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, precisó al respecto: “Sin descuidar la responsabilidad de proteger a nuestro pueblo y pese a las limitaciones que impone el bloqueo, Cuba ofrece modesta cooperación a otros pueblos. Esta es una crisis de múltiples y demoledores efectos no sólo en el ámbito de la salud, sino también en la economía, el comercio internacional y nuestras sociedades en general”.
El ex presidente ecuatoriano Rafael Corea afirmó: “Cuando la humanidad necesitó ayuda en un momento en que las grandes potencias se escondieron, empezaron a llegar médicos cubanos sin pedir nada a cambio.
Países y gobiernos de los más diferentes signos políticos, ideológicos y religiosos, solicitan y aceptan la colaboración médica cubana porque saben que, más allá de cualquier otra diferencia, está llena de solidaridad y respeto, unida a la alta calificación de profesionales experimentados y eficientes.
Trump y Pompeo, ocupados en agredir a otros y en calumniar a la colaboración cubana, ignoraron y descuidaron de manera irresponsable y criminal la atención médica a su propio pueblo, convertido hoy en epicentro lamentable de la pandemia.