La sociedad de la isla está ante el reto no sólo de ser autosustentable, sino de renovarse / A propósito del Día Internacional de la Infancia
Por Marina MenéndezFotos: Lisbet Goenaga(Especial para Por Esto!)
LA HABANA, Cuba.- Como en casi todas partes del mundo, los niños cubanos celebraron el Día Internacional de la Infancia, este lunes, en casa, en una jornada muy distinta a los habituales festejos con que se conmemora la fecha.
Como se va haciendo habitual, muchos cantaron, bailaron o recitaron en los breves videos caseros que pueblan ahora la TV cubana, y recibieron la felicitación de adultos que les enviaron mensajes mediante las redes sociales incluyendo al Presidente Miguel Díaz-Canel, quien los saludó desde Twitter.
Inédita por celebrarse en medio de la peor crisis sanitaria y de todo tipo que haya enfrentado la humanidad en muchas décadas, la fecha tiene también el carácter singular aquí de acaecer luego de que Cuba registró, apenas durante el primer trimestre de este año, más fallecimientos que alumbramientos.
Ello significó el primer indicio en mucho tiempo de disminución natural del envejecimiento que experimenta la sociedad, paulatinamente, desde la década de 1970, cuando empezó a decrecer la tasa de reemplazo entre las parturientes, al no cumplirse que cada mamá potencial diera a luz, al menos, a dos hijas.
Luego disminuyó también la natalidad, que fue de una tasa de 10.6 por cada mil habitantes el año pasado: un leve aumento de tres décimas porcentuales con respecto a 2018 pero, al propio tiempo, todavía muchísimo menos que en 1970, cuando era de 27.7 por ciento, según el portal cubano Infomed. En 2001, ya se constataba un descenso importante hasta 12.4 por ciento.
Al propio tiempo, aumenta la esperanza de vida al nacer, que anda ya por los 74 años, y muchos jóvenes emigran... Todo ello conforma un mosaico social envejecido donde los mayores de 60 años conforman el 20.4 por ciento de la población, y los preciosos que celebraron hoy su día, están señalados como la escasa población económicamente activa que, dentro de unos años, llevará sobre sus hombros el peso del desarrollo nacional, en un momento crucial como el que transita el mundo y, especialmente, un país como Cuba, con un sistema económico y social que aún se construye frente a la adversidad de Estados Unidos.
Según el estudio El Envejecimiento de la Población Cubana. Cuba y sus territorios( 2018), de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), se estima que para el año 2030, la población cubana promedio pasará de 40 años a alrededor de 43 años, con 29 por ciento en los 60 años y más.
Ello, sin embargo, podría evitarse si cambian las tendencias y se mantuviera, al menos, la inclinación experimentada entre enero y marzo pasados, cuando ocurrieron 23,666 nacimientos y las defunciones alcanzaron la cifra de 27,269, un movimiento demográfico que se espera continúe a lo largo de este año.
Pero lo ideal es que se incremente la tasa de fecundidad, en lo que podrían influir políticas que están en primer orden, como el programa de la vivienda.
El asunto es de priorizado interés del Estado y del Gobierno, que en medio de la pandemia provocada por el COVID-19 analizó el asunto a fines de abril, e implementa medidas que contribuyan a estimular la natalidad en una sociedad donde se constatan estrecheces pero en la que, también, la mujer se ha liberado de las ataduras machistas, y muchas veces antepone su realización profesional a la maternidad, entre otras muchas razones que influyen en un complejo fenómeno multidimensional como éste que se ha ido entronizando.
Los infantes de hoy son los responsables del futuro… Hay razones entonces para bregar por que sean más los niños cubanos a felicitar cada primero de junio.