La represión de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes en Birmania dejó a más de 700 civiles muertos desde el golpe de Estado militar. Este fin de semana se sumaron más de 80 muertes en manos de los militares.
En Mandalay (centro y segunda ciudad del país), una bomba explotó el domingo por la mañana ante la principal sucursal del banco Myawaddy que pertenece al ejército, hiriendo a un guardia de seguridad, informaron medios locales. El banco es objeto de un boicot desde el golpe, al igual que las numerosas empresas controladas por los militares.
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La represión de las protestas dejó 701 muertos desde que el ejército derrocara el 1 de febrero al gobierno civil de Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz en 1991 y detenida en un lugar secreto.
El sábado, la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos (AAPP) confirmó que "más de 80 manifestantes antigolpistas fueron asesinados por las fuerzas de seguridad en Bago el viernes".
Imágenes filmadas el viernes muestran a los manifestantes escondidos detrás de barricadas de sacos de arena, armados con armas caseras, con el sonido de fondo de explosiones.
Las autoridades se negaron a dejar que los socorristas se acercaran a los cadáveres, dijo un residente. "Amontonaron todos los cadáveres, los cargaron en su camión militar y se los llevaron", dijo a la AFP.
Con información de AFP
CI