Durante este domingo, el Papa Francisco presentó algunos malestares físicos, lo cual afectó su visita a Malta, pues tuvo que lidiar con dolores en las piernas que no le permitieron tener una movilidad comodad.
En el país europeo, el papa dijo que los países deben ayudar siempre a los que intentan sobrevivir "entre las olas del mar", refiriéndose a la migración que llega del Norte de África por el mar Mediterraneo.
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Al comienzo del último día de su viaje, el pontífice visitó la gruta de la ciudad de Rabat, donde, según la tradición, vivió San Pablo durante dos meses cuando se encontraba entre los 75 náufragos que se dirigían a Roma en el año 60 de nuestra era, según la Biblia fueron acogidos con una bondad inusual.
Las molestias del Papa se presentaron durante una misa celebrada para unas 20 mil personas, ya que se le vio sentado la mayor parte del tiempo, mientras el arzobispo de La Valeta, Charles Scicluna, dirigía gran parte de la liturgia.
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Asimismo, Francisco tuvo que utilizar un elevador adaptado para embarcar en su vuelo en Roma y desembarcar a su llegada a La Valeta el sábado, y al final de la misa del domingo, se celebró la tradicional procesión de salida con todos los obispos.
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JAL