Aunque no es nada raro que se pueda sobrevivir con objetos alojados en el cerebro, no es muy común descubrir que tienes una aguja de 3 centímetros, como le sucedió a una mujer rusa de 80 años.
Lo que era un chequeo médico rutinario se convirtió en una pesadilla luego de que en una radiografía apareciera, como el caso de un soldado de Afganistán que vivía con un explosivo en la cabeza.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, la mujer tuvo la aguja en el cerebro desde que era una bebé, pero que nunca le provocó molestias ni dolores de cabeza. Por lo que también para la mujer fue una sorpresa enterarse de esto.
La aguja se encontraba en el lóbulo parietal izquierdo. Los médicos detallaron que el objeto estuvo alojado en su cerebro desde su nacimiento y explicaron que es probable que sus padres haya trataron de matarla en su infancia, una práctica muy recurrida en tiempos de guerra y hambruna.
Durante la Segunda Guerra Mundial los padres desesperados introducían una aguja en un punto blando de la cabeza del recién nacido, conocido como la fontanela, donde los huesos del cráneo aún no se habían fusionado, el punto se cierra y oculta la aguja, y el bebé moría.
Los médicos decidieron no retirar el objeto del cerebro de la mujer, ya que no representa un peligro para ella y ha vivido sin problemas de salud durante toda su vida, por lo que someterla a una cirugía podría ser riesgoso por su edad y podría ser grave para ella.
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AA