Ante el exponencial crecimiento de la población de canguros en Australia, más de cinco millones de estos animales podrían morir de hambre, por lo que el gobierno ya considera el sacrificio como una medida para controlar la situación.
Aunque es considerado el símbolo del país, este marsupial representa un problema medioambiental por su ciclo de reproducción. Su número puede llegar a decenas de millones cuando el forraje es abundante después de una buena temporada de lluvias.
Pero cuando se acaba la comida estos animales pueden morir de forma masiva, por lo que una de las opciones para atenuar el problema es matarlos y usar su carne para el consumo humano, así como su piel para la confección de bolsas, calzado y demás objetos fabricados con la marroquinería.
"Permitiría limitar el número de animales para que, en caso de sequía, no haya problemas de bienestar", afirma la ecológista Katherine Moseby, Ante la escasez de alimento, la especialista aseguró "Entran en los baños públicos y hasta comen papel higiénico".
El gobierno australiano protege al canguro, pero las especies más comunes no están en peligro de extinción. Esto significa que pueden ser cazadas, previa autorización, en la mayor parte del territorio.
Según sus estimaciones, la población de canguros cayó por debajo de los 30 millones después de las terribles sequías de principios de la década de 2000, pero, desde entonces, se recuperó y pronto podría superar los 60 millones.
Las organizaciones de defensa de los animales denuncian el sacrificio comercial como una "matanza cruel" y presionan a las grandes marcas de ropa deportiva mundiales, como Nike o Puma, para que renuncien a utilizar el cuero de canguro en sus productos.
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AA