El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, instó a Israel a capitalizar sus avances en el desmantelamiento de gran parte de la capacidad militar de Hamás y la muerte de su líder, Yahya Sinwar, para avanzar hacia una solución a largo plazo en el conflicto.
Blinken enfatizó la necesidad de convertir estos logros militares en un "éxito estratégico duradero", afirmando que los próximos pasos clave son liberar a los rehenes y poner fin a la guerra de manera que se garantice una paz sostenible.
Mientras se preparaba para abandonar Israel rumbo a Arabia Saudita como parte de su gira por Medio Oriente, Blinken resaltó la importancia de evitar una escalada adicional en la región, especialmente en relación con Irán. El diplomático norteamericano advirtió a Israel sobre la posibilidad de un incremento de las tensiones, después de que Irán lanzara alrededor de 200 misiles contra Israel a principios de octubre.
Además de sus llamados a la desescalada, Blinken también se refirió a la crisis humanitaria en Gaza, que ha dejado a gran parte de la población desplazada y en condiciones extremas. Aunque reconoció los avances en la distribución de ayuda humanitaria, enfatizó que "se necesita hacer más" para garantizar un suministro constante de alimentos, agua y medicinas a los civiles afectados por los bombardeos israelíes.
Señaló que la campaña militar ha devastado Gaza y que es urgente intensificar los esfuerzos para asistir a los millones de personas que sufren en el enclave.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha reiterado que el objetivo principal de su gobierno es desmantelar completamente la capacidad militar de Hamás, pero no ha presentado una visión clara para la reconstrucción de Gaza después del conflicto.
En cuanto a la situación en el sur de Líbano, Blinken también abordó el enfrentamiento entre Israel y Hezbolá. El ejército israelí confirmó la muerte de Hashem Safi al Din, probable sucesor del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, tras un bombardeo en Beirut a principios de octubre, aunque el grupo islamista no ha confirmado esta baja.
Este complejo panorama refuerza la necesidad de una solución diplomática y humanitaria para evitar que el conflicto se extienda a otras regiones del Medio Oriente.
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