Tatiana Herrera, secretaria de Género de la Alcaldía de Cochabamba, presentó cinco nuevas denuncias contra el expresidente boliviano Evo Morales, señalándolo por presuntos delitos de trata de personas y violación.
Las denuncias están relacionadas con supuestos abusos ocurridos en los últimos cinco años en la provincia de Chapare, un área clave en la política y liderazgo sindical del exmandatario.
En una rueda de prensa en La Paz, Herrera explicó que cinco familias de Chapare intentaron trasladarse a Cochabamba esta semana para formalizar las denuncias, pero no lograron llegar debido a los bloqueos que simpatizantes de Morales mantienen en las carreteras.
Según Herrera, las víctimas habrían sido menores cuando ocurrieron los abusos, siendo llevadas desde el Trópico de Cochabamba hasta La Paz a través de intermediarios de sindicatos afines al exmandatario.
Investigación y contexto de las denuncias
La Fiscalía boliviana ya había iniciado investigaciones contra Morales el 26 de septiembre, en un caso que involucraba presuntos delitos de trata de personas y estupro relacionados con una menor con la que Morales habría tenido una hija en 2015, durante su presidencia. En este primer caso, la fiscal Sandra Gutiérrez informó que contaba con “pruebas materiales”, pero hasta ahora no se ha emitido una orden de captura.
Además de este primer proceso, Herrera ya había señalado a Morales en octubre por otros dos casos de violación que habrían ocurrido entre 2014 y 2016, en los que también están involucradas víctimas menores de edad. En uno de los casos, la madre de una víctima informó a Herrera que su hija había tenido un hijo como resultado de la presunta agresión.
El gobierno del presidente Luis Arce ha ofrecido protección a las víctimas y sus familias para garantizar que puedan participar en las investigaciones de manera segura.
Bloqueos y confrontación política
Mientras avanzan las investigaciones, la situación en Bolivia se torna cada vez más tensa. Desde hace 19 días, partidarios de Morales mantienen bloqueadas diversas rutas en Cochabamba, en particular en la zona de Parotani, impidiendo el tránsito en una ruta clave que conecta el centro del país con el occidente. Las fuerzas de seguridad han iniciado un operativo para despejar las carreteras, lo que ha derivado en enfrentamientos entre manifestantes y policías.
Esta crisis coincide con una intensa pugna política entre el presidente Arce y Morales por el control del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido oficialista, y del poder ejecutivo en Bolivia. En un ultimátum reciente, Arce exigió el cese inmediato de los bloqueos.
Morales respondió con una carta pública en la que comparó a Arce con la expresidenta interina Jeanine Áñez y lo acusó de incurrir en “violencia política”, señalando que su gobierno se ha vuelto “oscuro y lamentable”.
Mientras se desenvuelven las tensiones, Morales se encuentra en el Trópico de Cochabamba, en Chapare, donde permanece refugiado ante la posibilidad de una orden de arresto por las acusaciones en su contra. La situación ha polarizado aún más al país, extendiendo una crisis política que pone a prueba la estabilidad del gobierno de Arce y la unidad del MAS.
IO