Vladímir Putin, presidente de Rusia, expresó este viernes 28 de junio de 2024 la necesidad de retomar la fabricación de misiles de corto y mediano alcance, en respuesta a las acciones tomadas por Estados Unidos.
En una reunión con miembros del Consejo de Seguridad ruso, Putin subrayó la importancia de estos sistemas de ataque para garantizar la seguridad nacional.
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"Al parecer, tenemos que empezar a producir estos sistemas de ataque y luego, en función de la situación real, decidir dónde desplegarlos, si eso es necesario para garantizar nuestra seguridad", afirmó el líder ruso.
Putin recordó que hace unos años, Washington se retiró del Tratado INF (Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio) bajo un "pretexto inventado". Este tratado, firmado en 1987, había sido un pilar de la estabilidad nuclear, prohibiendo todos los misiles balísticos y de crucero lanzados desde tierra con rangos de entre 500 y 5,500 kilómetros.
"Nosotros anunciamos en 2019 que no produciríamos esos misiles y no los desplegaríamos si EE.UU. no lo hacía en otras regiones", mencionó Putin. Sin embargo, según el presidente ruso, la situación ha cambiado ya que Estados Unidos no solo ha reanudado la producción de estos sistemas de misiles, sino que también los ha llevado a Europa para ejercicios militares.
"Hoy se sabe que Estados Unidos no sólo produce estos sistemas de misiles, sino que ya los ha traído a Europa para unos ejercicios", aseveró Putin, subrayando la necesidad de una respuesta por parte de Rusia. "Tenemos que reaccionar a eso y tomar una decisión sobre cómo vamos a proceder en esta situación", insistió.
En mayo pasado, la Cancillería rusa ya había indicado que Moscú podría reactivar su programa de misiles de corto y mediano alcance en respuesta a las "acciones cada vez más agresivas por parte de la OTAN". Esta declaración y la reciente sugerencia de Putin reflejan una escalada en la tensión militar y estratégica entre Rusia y Occidente.
La situación actual genera preocupación en la comunidad internacional, ya que el regreso a la producción de estos misiles podría desencadenar una nueva carrera armamentista y aumentar las tensiones globales. La comunidad internacional sigue atenta a los desarrollos y posibles negociaciones que puedan evitar una escalada mayor.
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