El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, ha lanzado una seria advertencia sobre la situación de la central nuclear de Kursk, en Rusia. Según Grossi, la cercanía de esta planta a la zona de conflicto entre las fuerzas rusas y ucranianas es "muy grave" y representa un riesgo significativo para la seguridad nuclear.
Durante una reciente visita de inspección, Grossi examinó el reactor y la sala de control de la planta de Kursk, ubicada a unos 70 kilómetros de la frontera con Ucrania. En declaraciones a la prensa internacional, enfatizó que "bajo ninguna circunstancia debe ser atacada una central nuclear", subrayando la gravedad de cualquier posible impacto en la instalación.
Precedentes y preocupaciones del OIEA
Desde el comienzo de la invasión rusa en Ucrania en febrero de 2022, el OIEA ha expresado repetidamente su preocupación por los combates cerca de instalaciones nucleares. En los primeros días del conflicto, las fuerzas rusas tomaron el control de la planta nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, y también ocuparon temporalmente la desmantelada planta de Chernóbil.
Recientemente, Ucrania lanzó una incursión en la región de Kursk, donde las fuerzas rusas y ucranianas continúan enfrentándose. La semana pasada, el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a Ucrania de intentar atacar la planta nuclear de Kursk, situada a menos de 50 kilómetros de los combates. El OIEA confirmó que Rusia informó sobre el hallazgo de fragmentos de drones cerca del almacén de combustible nuclear gastado en la planta.
Riesgos potenciales y comparaciones con Chernóbil
La planta nuclear de Kursk cuenta con cuatro reactores, de los cuales solo dos están operativos, mientras que los otros dos están en construcción. Aunque Grossi consideró exagerado comparar esta planta con Chernóbil, reconoció que los reactores de Kursk son de la misma clase y carecen de las estructuras de defensa y contención que tienen plantas más modernas.
El funcionario destacó la vulnerabilidad de la central, mencionando que "el núcleo del reactor está protegido por un tejado normal", lo que la hace "frágil" y "extremadamente expuesta" a un posible ataque. Grossi advirtió que un impacto en esta zona podría provocar un incidente nuclear con potencial fuga radiactiva, una situación de consecuencias "extremadamente graves".
Aunque evitó culpar a alguna de las partes involucradas, Grossi subrayó que los combates están ocurriendo a pocos kilómetros de la planta, lo que incrementa el riesgo de un accidente nuclear similar al de Chernóbil en 1986.
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