CUERNAVACA, Morelos, 23 de enero (AP/EL UNIVERSAL).- Alrededor de 60 organizaciones sociales y colectivos de víctimas iniciaron esta mañana la Caminata por la Paz, un movimiento que irá de Cuernavaca a Palacio Nacional entre el 23 y 26 de enero.
La movilización está encabezada por la familia LeBarón y el activista Javier Sicilia, quienes tomaron la palabra antes de empezar el recorrido.
“No somos enemigos del Presidente”, aseveró Javier Sicilia, luego de pedir a Andrés Manuel López Obrador que escuche su petición de que en el país haya mejores condiciones de seguridad y justicia, así como terminar con la estrategia de seguridad de combatir a grupos delictivos con elementos de las Fuerzas Armadas.
El activista lamentó que, según cifras oficiales, el 2019, primer año de gestión de López Obrador, se convirtió en el más violento del que se tenga conocimiento al haber registrado 35 mil 588 víctimas de homicidio y feminicidio. Además calculó que en los últimos tres sexenios se ha registrado el asesinato de más de 300 mil personas.
“Hoy este horror nos ha unido nuevamente en este monumento (la Paloma de la Paz) por el que hace nueve años partimos para convocar a la palabra, nuestra última bocanada de oxígeno, e intentar de nuevo detener el horror y evitar que el país se hunda en una barbarie sin retorno”, dijo Javier Sicilia.
En tanto, Julián LeBarón señaló que “hemos abandonado nuestra responsabilidad como ciudadanos y hemos dejado que haya cien por ciento de impunidad, nosotros no podemos ir por los criminales armados porque después vamos a tener el doble de víctimas”.
La Caminata por la Paz está siendo resguardada por aire y tierra por elementos de seguridad de Morelos. Se espera que haga un trayecto de 12 kilómetros hasta la curva conocida como La Pera en la carretera México-Cuernavaca.
Luego de eso los manifestantes subirán a un camión para recorrer otros 30 minutos de camino de esta manera y concluir su recorrido en el pueblo de Coajomulco.
Además de la familia LeBarón y el activista Javier Sicilia, la movilización estará encabezada por madres de personas desaparecidas, y al grito de “¡Hijo, escucha, tu madre está en la lucha!”, gritan las familiares de las víctimas.
“Para que el Presidente nos entienda, no somos sus enemigos, sino enemigos de la violencia”, dijo Sicilia. “Sin verdad, ni justicia, hoy la amnistía significa impunidad y olvido. Lo único que habrá es más infierno”.
“¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, gritaban los manifestantes, refiriéndose a sus familiares desaparecidos. Cargaban pancartas y letreros, incluyendo una enorme bandera mexicana que tenía impactos de bala pintados.
Un contingente de ciudadanos con nacionalidad estadounidense y mexicana vino desde los estados de Chihuahua y Sonora, en la frontera con Estados Unidos, donde nueve mujeres y niños fueron masacrados el pasado 4 de noviembre, ataque que según las autoridades fue perpetrado por narcotraficantes.
Julián LeBarón, quien perdió amigos y familiares en esa emboscada, dijo que el gobierno ha fracasado en proteger a la sociedad, y le niega a la ciudadanía el derecho a defenderse a sí misma.
“Necesitamos empezar a involucrarnos todos para enfrentar el problema de la violencia”, dijo LeBarón. “Nos hemos dado cuenta que votar no nos da las soluciones que necesitamos”.
LeBarón dijo que los miembros de la comunidad con doble nacionalidad en el norte del país se han visto obligados a vivir bajo el yugo de los cárteles durante años; en 2009 su hermano Benjamín fue asesinado por miembros del crimen organizado. LeBarón dijo que espera que miles de mexicanos se unan a la marcha en la Ciudad de México para exigir una mayor seguridad.
“Lo que tenemos aquí es un ejemplo de cómo superar al miedo en la unidad”, dijo LeBarón.
A pesar de que el objetivo es mantener la protesta al margen de la política, Sicilia condenó otras políticas implementadas por López Obrador.
Pidió que se suspendiera el proyecto de construir un tren en la península de Yucatán hasta que se les permita votar al respecto a las comunidades mayas en la región, y también condenó la detención de cientos de migrantes centroamericanos que intentaron ingresar horas antes en una caravana.