CIUDAD DE MÉXICO, 30 de marzo (SinEmbargo).- En abril de 2009, el Gobierno del entonces Presidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) declaró una epidemia por una mutación del virus de la influenza. Hasta ese momento, 20 personas habían muerto, la mayoría en la Ciudad de México.
El extraño organismo, nombrado como H1N1, logró la suspensión de las clases, el cierre de comercios y la alerta de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud. Las pérdidas económicas fueron de casi 42 mil millones de pesos, lo que equivalía al 0.334 por ciento del Producto Interno Bruto en 2009, según cifras históricas de la Secretaría de Salud.
En el episodio, más de mil personas fallecieron y más de 70 mil resultaron contagiadas, aunque los funcionarios que estuvieron a cargo aún guardan discrepancias respecto a las cifras en un desacuerdo histórico que no encuentra fin.
Pero no todos perdieron.
Ricardo Salinas Pliego se convirtió en el segundo hombre más rico de México.
Es 2009 y México ha quedado dolorido en su economía. Las cosas no están bien. Se ha registrado la mayor contracción en décadas. El país ha transitado por una crisis sanitaria sin precedentes que paralizó a la capital del país; pero además, en Estados Unidos ha estallado una burbuja en el sector inmobiliario que ha afectado al mundo entero. En México, los consumidores de ingresos bajos acceden a los créditos. Hay que paliar la falta de dinero en los hogares. Hay que encarar al monstruo de la crisis.
El impulso en ese nicho de mercado explica que las ventas de Elektra, una tienda de electrodomésticos que opera aliada con el Banzo Azteca, aumenten 1.4 por ciento y que la cartera (esos deudores dispuestos a los abonos chiquitos) suba 4 por ciento, según analistas económicos.
Una jauja sin precedentes en las casi cinco décadas que tiene de operar el Grupo Salinas, el consorcio donde se agrupa la minorista.
El negocio lo fundó Hugo Salinas Price en 1950. Ricardo Benjamín Salinas Pliego se convirtió en Director General en 1987. Cuando la recibió, tenía 59 puntos de venta. Para los noventa, la empresa se expandió en toda la República. Poco a poco, apareció por todas partes, con la oferta conjunta de los electrodomésticos y los créditos.
Pese a su audacia, Ricardo Benjamín, el hijo de Esther Pliego y Hugo Salinas Price, no contaba con un perfil reconocido. Ese llegó cuando en 1993 adquirió un conjunto de licencias del espectro radioeléctrico, así como un paquete de medios privatizados por el Estado, al que le puso la marca TV Azteca. Desde entonces, su nombre se catapultó asociado con un estilo desafiante y siempre en contraposición aparente con el Gobierno en turno.
Pero ahora es 2009 y México está en crisis. El Presidente Felipe Calderón Hinojosa no disimula las ganas de comunicarse a través de la televisión privada para fijar en la memoria de los mexicanos que, si la epidemia de la Influenza H1N1 no se convirtió en pandemia, fue gracias a la reacción de su Administración. Así que el negocio de la televisión también es impulsado. El Gobierno le otorga a TV Azteca, sin mediar concurso, 285 millones 160 mil 604 pesos de dinero público para difundir spots, menciones y campañas.
Sólo por difundir el despliegue extraordinario sobre el virus, la televisora obtiene un contrato por 28 millones 750 mil pesos (unos 43 millones 950 mil 909 pesos de ahora).
Las acciones de la televisora en la Bolsa Mexicana de Valores suben 17 por ciento.
Eso es lo que señalan los registros en el Portal de Obligaciones y Transparencia, mecanismo creado en el Gobierno de Vicente Fox Quesada (2000-2006) y que ahora, sirve como un gran archivo de cómo se compró y quién se benefició en los pasados Gobiernos. Compranet, aunque con datos difusos, también arroja información de las relaciones empresariales con el Gobierno de aquel crítico año.
En el relato de 2009, el empresario Ricardo Salinas Pliego es un personaje central. Ese año de la Influenza, su fortuna supera por primera vez los 10 mil millones de dólares. Se convierte en uno de los hombres más acaudalados de México y del mundo, según todas las listas de millonarios. En los siguientes años, no saldrá de ahí.
Desde 2009, Ricardo Salinas Pliego hablaba del miedo. Decía que frente a una crisis sanitaria, la población no debía tener miedo.
Recomendaba que nadie debía paralizarse por dar paso al miedo. Sostenía que el miedo era el enemigo y no una epidemia.
En mayo, escribió en su blog (Ricardo B. Salinas Pliego): “En tiempos de crisis e incertidumbre, este es por mucho, nuestro don más valioso porque nos permite establecer una distancia crítica frente a nuestros problemas, llámese crisis económica, desastres naturales o Influenza”.
En aquel texto, el magnate criticó al Gobierno y recomendó un viraje hacia una comunicación más efectiva. “Casi 20 años después de la aparición del mito del chupacabras, surge otro fenómeno informativo que ha ocasionado histeria colectiva en nuestra nación.
Casi 11 años después, en marzo de 2020, cuando una pandemia se ha desatado en el mundo por el coronavirus -COVID 19-, el empresario hizo enardecer a las redes sociales con una alocución muy similar a la de 2009.