En un emotivo discurso durante la inauguración del camino Benito Juárez y la evaluación de los caminos realizados con mano de obra local en Guelatao, Oaxaca, el presidente Andrés Manuel López Obrador destacó su especial conexión con este estado, al que llamó el "principal santuario cultural de México".
Acompañado de autoridades locales y la presidenta electa Claudia Sheinbaum, el mandatario se despidió de Oaxaca con una reflexión sobre su legado y los avances logrados durante su gobierno.
La predilección de AMLO por Oaxaca
En su discurso, López Obrador subrayó su profunda admiración por Oaxaca y su gente, afirmando que este estado es uno de los lugares más emblemáticos del país debido a su riqueza cultural y su resistencia frente a la modernización sin perder sus tradiciones.
"No hay en nuestro país un estado que mantenga sus tradiciones, costumbres, lenguas y su organización social como se mantienen en Oaxaca", aseguró.
El presidente resaltó que la grandeza cultural de Oaxaca es un ejemplo no solo para México, sino para el mundo. Según López Obrador, es el patrimonio cultural de los pueblos indígenas lo que ha permitido a México superar numerosas crisis a lo largo de su historia.
"El pueblo de Oaxaca es uno de los más admirables del mundo", dijo con orgullo.
Compromiso con la democracia y la no reelección
Asimismo López Obrador recordó los principios juaristas y maderistas que han guiado su mandato, insistiendo en la importancia del sufragio efectivo y la no reelección. En un mensaje de despedida a los ciudadanos de Guelatao, reafirmó su compromiso con la democracia auténtica: "La democracia es el poder del pueblo para el pueblo. Antes, el poder estaba en manos de los potentados, pero ahora el pueblo es el que manda".
El Ejecutivo federal reiteró que no tiene apego al poder ni al dinero, y que su verdadero objetivo es estar en paz consigo mismo y con el pueblo mexicano. "La verdadera felicidad es estar bien con nuestra conciencia y con el prójimo", afirmó.
Un modelo económico que reduce la pobreza
López Obrador también destacó los logros económicos de su administración, señalando que por primera vez en décadas se ha reducido la pobreza en México, sacando a 9.5 millones de personas de esa situación. Rechazó las políticas económicas que priorizaban a los sectores más ricos, mencionando que su gobierno ha implementado un modelo de desarrollo incluyente que beneficia principalmente a los más necesitados.
"Nos decían que si le iba bien a los de arriba, le iba a ir bien a los de abajo, pero eso no es verdad", subrayó. En lugar de seguir ese modelo, AMLO se centró en una política que atiende primero a los sectores más vulnerables, asegurando que el 85% de las familias en México reciben al menos un programa de bienestar.
El legado de Benito Juárez en Oaxaca
López Obrador también aprovechó la ocasión para reflexionar sobre la figura de Benito Juárez, nacido en Guelatao, a quien calificó como "el mejor presidente de México". Comparó los ideales de Juárez con los principios de austeridad y anticorrupción de su gobierno, mencionando que la herencia de Juárez sigue vigente en la lucha por un gobierno "sin extravagancias ni lujos".
El presidente destacó que su administración ha priorizado la austeridad republicana y la lucha contra la corrupción, que consideró como el principal obstáculo para el progreso de México. "Si se acaba la corrupción, el presupuesto alcanza", afirmó.
El orgullo de un México profundo
En uno de los momentos más poderosos de su discurso, el mandatario destacó la importancia de las culturas prehispánicas en la identidad nacional, argumentando que gran parte de lo bueno que tiene México hoy proviene de las civilizaciones antiguas que florecieron antes de la llegada de los colonizadores.
"El tequio, la ayuda mutua, el buen corazón de los mexicanos, todo eso viene de nuestras raíces prehispánicas", comentó, exaltando el valor del humanismo mexicano. Para López Obrador, Oaxaca representa la esencia de ese México profundo, con su fuerte conexión a las tradiciones y valores ancestrales.
Un adiós con gratitud a Oaxaca
Al concluir su discurso, López Obrador expresó su gratitud y amor por Oaxaca, asegurando que se va "tranquilo y contento" tras haber cumplido con los compromisos de su gobierno. Con una referencia a la futura presidenta, Claudia Sheinbaum, afirmó que México está en buenas manos y que la Cuarta Transformación continuará bajo su liderazgo.
Finalmente, el presidente cerró su intervención con un emotivo grito: "¡Que viva Oaxaca! ¡Que viva Juárez! ¡Viva la grandeza cultural de México! ¡Viva México!"
IO