Por la importancia que tiene la Reserva Ecológica de Cuxtal y los efectos negativos que generará el Tren Maya a su paso por esta zona protegida, de acuerdo con el investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) de Mérida, Rodrigo Patiño Díaz, el convenio celebrado entre el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y el Ayuntamiento de Mérida para llevar a cabo acciones de prevención y mitigación, deberá estar en un marco de transparencia y hacer público el monto de recursos que se ha recibido o que llegará, así como en qué se van a usar y la efectividad de las acciones que se implementarán.
El lunes 15 de febrero, informamos que, tras una solicitud de transparencia con relación a la cantidad de recursos que han llegado, de los más de 278 millones que se recibirán y el avance de las acciones acordadas en el convenio que firmó Fonatur y el municipio, el Ayuntamiento de Mérida declaró que dicha información es “inexistente”, a pesar de que ha pasado ya un tercio de la vigencia total del acuerdo.
El también integrante de la agrupación Articulación Yucatán dijo que es de llamar la atención que, aunque el convenio se firmó en septiembre del año pasado y señala que la vigencia es a partir de ese mes y con vigencia de 15 meses, a la fecha no haya información de ningún movimiento, en cuanto al dinero recibido y las acciones llevadas a cabo.
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“Independientemente de que haya o no haya, debería de haber un marco de transparencia, es decir, este convenio debería ser público desde un principio, y que se informe cuándo se reciban los recursos, que se den a conocer los reportes que deben ser públicos y que todo mundo vea para qué se usa el dinero; la efectividad, digamos, de estos recursos para el fin que se propone en el convenio, que es el de conservación o mitigación de impactos”, comentó.
Expuso que este tema responde a la misma tendencia que ha tenido el proyecto del Tren Maya, en el sentido de ser una propuesta que llega desde fuera y son los actores locales los que se deben adaptar a la misma, cuando debería ser al revés.
“El paso por Cuxtal es una decisión que se toma muy desde fuera y sin mayor consideración. Se contempla más bien el paso del gasoducto, que es el mismo espacio por el que va a pasar el Tren. En el asunto de la Reserva se ve como que no pasa nada, aunque pasa justo en medio, y un poco para enmendar se hace un convenio y Fonatur da ciertos recursos para que se resuelvan problemas de conservación”, expuso.
Dijo que debió ser al revés, que desde lo local se estudiara el paso del Tren Maya por la zona que ya está degradada, pero no fue así. También es lo que está sucediendo con la entrada del proyecto a Mérida y con la estación en los terrenos de La Plancha.
“No hay sensibilidad de los problemas locales, porque es un proyecto de alguien que no conoce la región y los actores locales tratan de ver cómo se acomodan a esas decisiones”.
“Los biólogos y ecólogos no están de acuerdo en que se fragmente esta zona, porque hablamos de áreas naturales protegidas y, justamente, no es el impacto sólo en el área de las vías, sino que habrá una afectación. La parte del norte y la parte sur de la reserva van a estar divididas, ahora en dos reservas, y aunque haya pasos de fauna, las mejores condiciones de reforestación, etcétera, al final será habrá dos fragmentos ya separados. Al final, no es el mismo efecto que si pasas por la orilla o lejos de la reserva”, agregó.
Patiño Díaz consideró que el haber escogido que el Tren Maya pase por este punto responde a decisiones técnico-económicas, pero sin ver la parte social y ambiental.
“Un tema relevante y que no se toma en cuenta es que la reserva está poblada con unidades que son en su mayoría mayas. En Mérida hay una población maya importante, el 25 por ciento que se reconocen como indígenas; tanto la decisión de declarar la reserva, primero, como luego mantener la ruta del tren después, se toman sin considerar a las poblaciones locales”, dijo.
SY