Walter Eduardo Vergara Calderón, habitante del Fraccionamiento Puertas del Sol en Maxcanú, sigue a la espera de que le indemnicen por la tierra de su predio que ocuparán las vías del Tren Maya; pero, aunque ya se delimitó la tierra y la retroexcavadora está lista para empezar a trabajar, aún no recibe el dinero del pago, sólo le solventaron 50 mil pesos por más de 20 árboles frutales.
Se trata del predio donde desde hace años vive con otras 10 personas que forman parte de su familia, a donde un buen día llegó el proyecto del Tren Maya. Le dijeron que parte de su patio es derecho de vía de la locomotora. Al menos, comentó, se salvaron de tener que ser reubicados como en un primer momento se les dijo. No obstante, perderán parte del terreno, un área de 11 x 55 metros y más de 20 árboles frutales que sólo están a la espera de ser tumbados por la retroexcavadora que desde hace semanas está en el lugar.
Primero le dijeron que no le pagarían por el terreno, pero luego que sí; a pesar de esto, no le han dicho cuándo. De los árboles, comentó que ya le pagaron a él y su familia, 50 mil pesos en total por los ejemplares que crecieron durante 11 años.
“Eso sí ya lo pagaron, 50 mil por todo. Son árboles de coco, guanábana, anona, ciruela, limón, naranja dulce, naranja agria, zapote, mamey, mango y los guanos”, expuso.
“¿Y consideras justo lo que les pagaron?”, se preguntó.
“Pues cada árbol tiene precio, nos dijeron. Aunque no sé quién saca ese valor, pero pues es lo que nos dieron por los árboles que tenían 11 años, desde que llegamos acá”, comentó.
“Lo que está pendiente es que nos paguen la tierra, una indemnización. Primero dijeron que, supuestamente, no nos iban a pagar, pero por último dijeron que sí, porque hay una afectación a la vivienda. Ya marcaron, pero pues no han empezado con la máquina, porque nos tienen que pagar primero”, expuso.
Reiteró que el pedazo de tierra que les deben pagar mide 11 x 55 metros y ahí tenían una cocina que tuvieron que derribar. Con lo que les compensaron de los árboles, están haciendo otras construcciones en el mismo terreno, pero están a la expectativa de lo que pasará cuando el Tren Maya pase cerca, prácticamente casi pegado a su vivienda.
“Nos dicen que sí van a pagar, pero la gente que vino de Fonatur también dijo que esperemos, que no es tan fácil como que traigan el dinero y nos paguen, que hay que esperar. Creo que hasta que nos paguen no pueden empezar a trabajar”, dijo.
Detalló que, hasta la fecha, no saben si pondrán una reja o cuáles serán las precauciones que se tomarán, porque supuestamente será una locomotora rápida y, por ende, existirá un riesgo al estar a escasos metros de su vivienda y con la presencia constante de niños pequeños.
Walter es uno de los que se manifestaron el año pasado para defender su patrimonio, pues en un inicio se había hablado que deberían dejar su casa. Ahora, sin embargo, sólo se estima que pierdan un pedazo de tierra, de la que ha trabajado por 11 años.
El terreno aún cuenta con 40 x 55 metros y viven ahí 11 personas, junto con sus animales, como gallinas, gallos, palomas, y algunos perros.
Recordó que hace 11 años que llegó al lugar y desde entonces ha trabajado duro para tener sus construcciones, por lo que desde un principio no quiso que lo reubicaran. Reiteró que ahora se debe de empezar a trabajar dentro de su predio hasta que les paguen por completo la llamada “indemnización”.
La casa de Walter y su familia está ubicada en el área que corresponde al área del Tramo 3 del Tren Maya, en este caso, en la zona de Maxcanú, donde por la ampliación del derecho de vía varios dueños de predios recibirán una indemnización por sus tierras y por los bienes diferentes, como son árboles, pozos, postes, alambrados, entre otros.
SY