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Opinión

El Señor de las Moscas

León García SolerA la Mitad del Foro

Mientras en los templetes de la Cuarta Transformación festejaban la firma del T-MEC con una limpia de yerbas y flores, en el Congreso desaparecía el poder apabullante de la mayoría que llegó para abrir las puertas a la nueva era; y asegurar el poder para quien aspira a ser el mejor Presidente de la Historia. No necesito al partido, había expresado López Obrador al amenazar con dejar solos a quienes llegaron a las curules y los escaños con la vista fija en cada gesto de quien los guió en la larga travesía.

Lo de la nueva versión del tratado de libre comercio surgió de la tormenta desatada en el Capitolio. Trump ha sido llevado a impeachment por la mayoría demócrata que alcanzó la victoria electoral en las elecciones intermedias. La Cámara de Representantes se integró con jóvenes, en su mayoría mujeres, radicales y del luminoso multicolor de la mayoría de la población de la Unión Americana. Una generación auténticamente representativa de la población multirracial que los conforma. Y cayeron de prisa la fichas, porque en el Senado hay una mayoría Republicana absoluta y obediente a los gestos y caprichos de Trump, el que llegó al grito de ¡Vamos a hacer grande otra vez a América! Y procedió a desmantelar las instituciones y a imponer el mando incontestado de un hombre solo.

Ya ha sido indiciado y es sujeto a juicio de impeachment. Espera que en el Senado lo declaren inocente de los crímenes cometidos. Eso hará la dócil y voraz mayoría republicana. Sin embargo, no podrá borrar el estigma de haber sido sometido a juicio político, a impeachment. Y el mundo ha entrado a una rebelión de los satisfechos y una auténtica revolución en la vorágine de la desigualdad económica y la amenaza a la vida en la Tierra sometida al cambio climático. Trump llegará a su campaña de reelección, confeso escandalosamente de su vanidad herida por el reconocimiento de la persona del año, de la Revista Time. Otorgado a la joven sueca de dieciséis años que ha denunciado la incuria criminal de los poderes político y económico cuya codicia se expresa en negar la realidad.

Trump, el del poder de un hombre solo, a quien Andrés Manuel López Obrador ha resuelto no confrontar jamás. Porque asegura es indispensable tener buenas relaciones con el Presidente Trump y con los Estados Unidos de América. En ese orden. De ahí el silencio en torno al accionar definitivo de la señora Nancy Pelosi, líder de la mayoría Demócrata en la Cámara de Representantes. Trump conduce al mundo con los tweets de unas cuantas líneas y un patético vocabulario. Un mundo que parecía también dispuesto a no pelear con él. Y ahora le ha hecho rey de burlas entre los líderes mundiales. En reunión de la NATO cámaras y micrófonos sorprendieron a Justin Trudeau, de Canadá; Emmanuel Macron, de Francia; Boris Jonson, de la Gran Bretaña y Mark Rutte, de Holanda. Trump ya no asistió a la conferencia de prensa final y en vuelo a su tierra diría que “Trudeau es un dos caras”.

Tocatta y fuga en el Olimpo. En la Tierra, Trump atacó a la activista holandesa de dieciséis años; se burló de ella y envileció el lenguaje político con su exhibición de prepotencia e ignorancia. La rebelión de los ricos parece seguir la marcha de Trump hacia el abismo. Basta ver lo sucedido en México, donde la ceremonia colectiva en el Zócalo de la Capital de la República fue fiesta popular de miles venidos de todo el país, mientras miles más. Ciertamente más de cien mil anotados por el aparato de propaganda personal para gloria de la nueva era, marcharon en varias poblaciones más. Nadie negaría que se mantiene en alto la popularidad de AMLO, pero a la oposición de los conservadores, enemigos del cambio, se han sumado las explosivas y violentas expresiones de jóvenes que, evidentemente, tienen otros datos.

O expresan el estallido de las fuerzas sometidas por la desigualdad, puestas en efervescencia por el acceso a una educación superior privada, de alto costo y reducida capacidad de movilidad social. Mal harían los activistas del honor al servicio de Obrador en desdeñar la violencia contenida en las manifestaciones de jóvenes mujeres hartas de la sumisión y sometimiento a la violencia; a las violaciones del machismo y las sotanas. La UNAM es sometida a las agresiones del viejo porrismo financiado y ahora transformado en proveedor del narcotráfico; adueñado desde hace décadas del Auditorio Justo Sierra, hoy Auditorio Ernesto Che Guevara. Y la lumbre de esas hogueras alcanza a centros de estudios superiores de alto precio con un costo aterrador de autodestrucción de vidas humanas.

El ITAM llegó a convertirse en el símbolo del poder y templo del capitalismo financiero; reducido al término neoliberalismo por la indudable capacidad del capitalismo para generar riqueza y dejar en el olvido su absoluta incapacidad de distribuirla. La concentración del capital en cada vez menos manos, genera la desigualdad económica que se multiplica exponencialmente. Ochenta y seis familias son dueñas de la riqueza equivalente a la de las tres cuartas partes de los millones de habitantes de la América nuestra, vino a recordar el admirable viejo Mujica a los estudiantes y administradores de la Universidad Iberoamericana. Pero el grado de acumulación y concentración de la riqueza alcanza ya a cerrar las oportunidades de ascenso en la espiral socioeconómica.

En el ITAM, formado por capitalistas nacionales en busca de formar sus propias elites, el vuelco finisecular pareció haberlos hecho alcanzar la meta. Cuando menos en el ámbito de las finanzas públicas y su ineludible confusión con las del sector privado. La conseja de los cubículos dorados al servicio del poder político en tiempos del cesarismo sexenal, se disolvió ante el empuje de los creyentes en el quehacer político al servicio de los dueños del dinero. Y los puestos de secretarios a directores generales en el gabinete legal y ampliado del área financiera y económica, se ocuparon por graduados del ITAM que desplazaron a las generaciones de funcionarios educados en la UNAM.

No es poca cosa. Y ahí siguen. Firmes ante el combate imaginario con los programas, proyectos y manifiestos del movimiento lopezobradorista de la 4T. En el instituto tecnológico de altos vuelos escolásticos y colegiaturas todavía mayores, estalla súbitamente una rebelión estudiantil. Dirían algunos maestros o administradores que el paro y la amenaza de huelga eran manifestaciones del estrés, las presiones del estudio intenso y la angustia causada por la carga de trabajo de cada semestre. Hace unos cuantos días rindieron homenaje a su compañera estudiante, Fernanda Michua Gantús, quien se suicidó. Ingresaron con grandes ramos de girasoles a la institución y ahí demandaron que las autoridades de la escuela dieran atención a los trastornos psicológicos y emocionales a los alumnos que los padecen.

En plena manifestación se presentó un maestro del ITAM y fue recibido con gritos y duras protestas. Una voz juvenil se escuchó y el silencio se hizo. Los presentes y México entero escucharon al estudiante que exclamó: “No nos alcanza para pagar las colegiaturas y nos vienen a decir que hay que pagar además atención médica” No estamos ante una angustia de juventud sino ante un problema estructural, del alto costo de clases y de clase; del diseño mismo de los planes de estudio. Y la terca realidad. La economía empantanada, la fantasía del desarrollo sin crecimiento.

Y la desigualdad económica que aumenta con la multiplicación de los pobres, de la pobreza. De nada sirven las expectativas de expectativas en el control de la violencia criminal con el uso de las fuerzas armadas del Estado asignadas al servicio de míster Trump y su campaña electoral. Los campesinos marchan y bloquean carreteras. Los estudiantes de las normales rurales vuelven a robar camiones y autobuses. Y no se oyen los gritos por los de Ayotzinapa, más que entre curules y tribunas tomadas por los que fueron mayoría y ya no son.

La voz de la Corte Suprema es voz de igualdad de poderes y exigencia de honradez entre los mexicanos del común. El INE dobla las manos y cede, sin abandonar el campo de batalla. No hay queja por violaciones a los derechos humanos, mientras la medalla Belisario Domínguez permanece a buen resguardo del Presidente López Obrador. La política se hace con dinero. Quiéralo o no la iglesia a los pies de Morena. Y no hubo mayoría calificada para reducir el dinero público a los partidos políticos.

Paso a paso son expropiadas las entidades del contrapeso. Hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mí compadre.

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