No cabe duda que Omar García Harfuch, el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, es un funcionario que a alguien le resulta incómodo. Él mismo dice que no sabe a quién le estorba, pero al parecer así es. Hace casi siete meses sufrió un atentado, como nunca se había visto en la capital del país, en pleno Paseo de la Reforma, que casi le cuesta la vida. Dos de sus escoltas no corrieron con la misma suerte. Fueron victimados por decenas de sicarios. Instantes después, cuando aún testigos y vecinos no se reponían del susto, publicó en Twitter: “Esta mañana fuimos cobardemente atacados por el CJNG (Cártel Jalisco Nueva Generación)”. Llamó la atención la rapidez con que identificó a sus posibles atacantes. Se dijo que quizás se debía a que ya había sido amenazado por ese grupo. Como era de esperarse en un caso de este tipo, pronto hubo detenidos y aseguramientos. Recibió respaldo, muestras de solidaridad y simpatía.
Este jueves, se publicó destacadamente: “Salpican a Harfuch en pagos del narco”. Dice la nota que ‘Juan’, “…un testigo clave en las indagaciones sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, declaró ante la FGR que el actual titular de la seguridad capitalina, Omar García Harfuch, recibía mensualmente 200 mil dólares del Cartel Guerreros Unidos”. Según la misma información los “sobornos de dicha organización criminal a distintos mandos militares y policiacos eran para que los dejaran operar con impunidad en el estado de Guerrero”. (Testimonio que se conocía desde julio de 2020).
Vía Twitter, García Harfuch se desmarcó: “Niego categóricamente las declaraciones dolosas hechas contra mi persona por un delincuente, hoy ‘testigo protegido’, publicadas por @reforma. Mi trayectoria en el combate a la delincuencia organizada en distintos frentes habla por sí misma. No tengo nada que ocultar”.
En la mañanera, el Presidente confirmó la veracidad del documento publicado. Dijo que era una filtración, pero que eso no era lo esencial sino hacer justicia. Como lo ha hecho en otros casos, se deslindó: “Está abierta la investigación (…) se investigará a todos, nosotros no establecemos relaciones de complicidad con nadie, por eso somos distintos”.
Más tarde, la jefa directa de García Harfuch, la Dra. Claudia Sheimbaum, lo respaldó. Dijo que “ha hecho un trabajo muy importante para garantizar la seguridad de la ciudadanía y me consta que, al contrario, ha trabajado para que desaparezcan los grupos criminales de la ciudad”. Pero también acotó: “por supuesto que tiene que investigarse todo”.
Entrevistado por Joaquín López-Dóriga, en Radio Fórmula, García Harfuch dijo que los señalamientos eran absurdos. Aseguró que nunca ha recibido dinero de criminales y que seguirá en sus labores hasta que sus superiores lo permitan.
No es la primera vez que se publican señalamientos contra García Harfuch. No creo que esté desacostumbrado ni puede llamarse sorprendido. Es nieto del polémico exsecretario de la Defensa Nacional, Marcelino García Barragán; hijo de Javier García Paniagua, político priista que hasta sonó como precandidato presidencial, y medio hermano de Javier García Morales, quien murió trágicamente en Guadalajara, en 2011.
Sería bueno que revelara de quién sospecha que le estorba en el Gobierno y sus posibles cómplices del lado obscuro.
Por: Amador Narcia