El pasado lunes cinco de abril iniciaron formalmente las campañas electorales, que para algunos las denominan como las más grandes de la historia, por la cantidad de cargos que serán materia de la misma. Dentro de esta elección están en juego quince gobernaturas del país, diputaciones federales y locales, presidencias municipales, ayuntamientos y alcaldías.
Este inicio de las campañas electorales también activó a diversos gigantes tecnológicos como lo es Google, ya que su Head of Government Affairs and Public Policy, Lina Ornelas, presentó la estrategia de Google para colaborar en las próximas elecciones. En dicha presentación, Lina Ornelas declaró que Google buscará “promover el voto seguro y los valores democráticos”.
Asimismo, señaló que las acciones de Google promoverán la información electoral relevante y darán prioridad a las fuentes oficiales a fin de evitar la desinformación en su motor de búsqueda (fuente: Yanin Alfaro, Milenio.com, 5 de abril de 2021). Estamos de acuerdo con que Google hoy se preocupe por combatir las fake news, lección que le fue propiciada al gigante tecnológico por la justicia mexicana en días recientes, así como también que promueva la participación informada sobre temas veraces.
Pero se debe de tener en cuenta que Google Inc. es una empresa estadounidense, y por ello extranjera, y como tal debe de ser muy cuidadosa en no intervenir en los asuntos políticos y electorales de México, ya que tiene estrictamente prohibido inmiscuirse en los mismos, por así establecerlo la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 33, el cual prescribe: “Los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país”.
E incluso los artículos 451 y 458 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, establecen las infracciones en que pueden incurrir los extranjeros que violenten la prohibición del artículo 33 Constitucional, así como la obligación de los organismos electorales de tomar las medidas conducentes e informar de tales hechos a la Secretaría de Gobernación y/o a la Secretaría de Relaciones Exteriores (en caso de que el extranjero no se encuentre en territorio nacional).
Como se podrá observar, el anuncio realizado por la empresa tecnológica donde plantea las acciones a realizar en el periodo electoral se encuentra en un territorio muy pantanoso, de no inmiscuirse en los asuntos políticos por un lado, y por el otro, como medio de comunicación tecnológico priorizar la información proveniente de fuentes oficiales para contrarrestar las fake news en las campañas electorales.
Por lo cual, las autoridades electorales deberán de ser muy puntuales y supervisar el actuar de esta empresa tecnológica extranjera; pues como se supo en las elecciones presidenciales en que ganó Donald Trump en 2016, se señaló la intervención de empresas rusas en dicho proceso, y más aún, en el triunfo electoral de este último.
Una vez más, el oráculo de la antigua Grecia y hoy buscador por excelencia Google se ubica en una posición muy delicada, donde cualquier movimiento pudiera dar lugar a una intervención en asuntos políticos que no les compete. Ahora el INE tendrá que supervisar a uno de sus buscadores de casillas: Google.
@UlrichRichterM
Por: Ulrich Richter