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Opinión

Alianzas ayer, después y ahora

Los conflictos y las alianzas caracterizan la historia de Europa que, con la Primera Guerra Mundial, se dividió en dos bandos, lo cual fue más categórico cuando en la segunda conflagración global se enfrentaron el eje fascista Berlín-Roma-Tokío y la coalición aliada liderada por Estados Unidos, Unión Soviética y Gran Bretaña, y se absolutizó al nacer la OTAN (1949), el Pacto de Varsovia (1955) y el CAME (1949). La tendencia se modificó cuando el socialismo dejó de existir como régimen estatal, proceso en el cual se disolvieron el CAME y Tratado de Varsovia.

El triunfo de los bolcheviques y los acontecimientos políticos en los 70 años posteriores conllevaron al posicionamiento de Estados Unidos y la Unión Soviética como superpotencias, a la formación del campo socialista y a la división del mundo en dos sistemas, todo lo cual contribuyó a la introducción de la ideología como elemento fundamental en las relaciones internacionales, convirtiéndola en causa de los diferendos y en base de las alianzas políticas.

En ese período histórico, tuvieron lugar la descolonización, la Guerra Fría, con la existencia real de zonas de influencia, también prosperó el no alineamiento y el protagonismo del Tercer Mundo, donde se amplió la influencia y la presencia soviética, dando lugar a la entronización de la categoría “vía no capitalista de desarrollo”, todo lo cual reforzó el papel de la ideología en las relaciones internacionales.

En esos ámbitos tuvo particular significado la ruptura entre la Unión Soviética y China que significó la división en el movimiento comunista internacional. La defenestración de Joseph Stalin, la adopción por Nikita Jruzchov de la coexistencia pacífica, así como los entendimientos de China con Estados Unidos, ahondaron el diferendo.

Aunque no estuvo motivado solo por esos acontecimientos, importantes países del Tercer Mundo, entre ellos India, Egipto, Indonesia, Argelia, Guinea, Ghana y otros, tomaron distancia de la Unión Soviética.

No puede dejar de mencionarse el impacto de la Revolución Cubana que facilitó el acceso de la URSS a los espacios políticos latinoamericanos, auspició el auge de la lucha guerrillera, incluso emplazó misiles nucleares en el área, creándose una “mini guerra fría”, que conllevó a la exclusión de la Isla del sistema interamericano, la radicalización del anticomunismo y la contrainsurgencia y a intentos reformistas como la Alianza para el Progreso.

Esos fenómenos, sumados a la actitud benefactora de la Unión Soviética respecto a los países socialistas, contribuyeron a la relevancia de una narrativa que atribuyó la cohesión del campo socialista y la ascendencia sobre el Tercer Mundo, al internacionalismo y la solidaridad, lo cual contribuyó a la sobrevaloración de aspectos subjetivos en las alianzas políticas.

Con el colapso del Socialismo Real y la desaparición de la Unión Soviética, aquellos supuestos perdieron vigencia. El patrón realista de la época de retorno a las relaciones internacionales basadas en intereses nacionales, conveniencias mutuas y ventajas comparativas, lo cual facilitó los avances de China y los países emergentes cuya proyección ideológica carece de relevancia. El realismo de Hans Joachim Morgenthau (17/02/1904- 19/07/1980) volvió a dominar las relaciones internacionales.

En el mundo de hoy, ningún país ni grupo de países aliados eventualmente con el procedimiento de “cortar y pegar”, pueden cambiar el curso de los procesos mundiales por lo cual lo aconsejable es atenerse a las irreversibles tendencias de la globalización en la cual es preciso insertarse, sin idealismo ni afanes de protagonismo que no puedan ser respaldados por un despeño económico real. Otra proyección es inviable.

El mundo es el que es, lo cual no es novedoso porque siempre fue así; no porque un país o un imperio lo quiera, sino porque se trata del curso de la civilización, cuyos códigos los prohombres del liberalismo y del marxismo contribuyeron a descifrar.

La presente etapa de predominio del capitalismo es eso, una etapa que prepara el camino para otra mejor que, según afirman, será socialista.

 

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