La Paz Total, proyecto estrella del presidente Gustavo Petro, recibió esta semana que termina una estocada que puede resultar fatal: el Ejército de Liberación Nacional (ELN) secuestró a una pareja de personas de la tercera edad, que resultaron ser los padres de Luis Díaz, jugador del Liverpool F.C.
Las víctimas fueron secuestradas por hombres armados que se movilizaban en una motocicleta y los obligaron a marchar con ellos por zona selvática cercana a la frontera con Venezuela por lo que en un primer momento se pensó que los habían trasladado a ese país. Al día siguiente, debido a sus impedimentos para esa marcha tan difícil, liberaron a la madre del deportista, aunque la Policía dice que fue rescatada, pero no se han conocido enfrentamientos con los secuestradores.
Por la notoriedad del jugador, la noticia tuvo eco inmediato en la prensa nacional e internacional, Diego Jota, compañero de equipo de Díaz, luego de anotar un gol, exhibió la camiseta con el 7 de Lucho Díaz, como popularmente se le conoce, en solidaridad con su tragedia. En el pueblo de donde son originarios el jugador y sus padres, Oriente de la costa Caribe, se realizaron marchas y velatones pidiendo la liberación del secuestrado.
Luego de la incertidumbre inicial sobre los autores del secuestro, delito que viola el Derecho Internacional Humanitario, rápidamente el Alto Comisionado de Paz del Gobierno y su jefe negociador con esta guerrilla, un excomandante del M19, guerrilla que firmó la paz en el 1989, anunciaron que con toda certeza los secuestradores eran del ELN a los cuales exigieron la inmediata liberación del secuestrado.
La guerrilla dijo que desconocía que los secuestrados fueran los padres del futbolista famoso, especialmente popular por su carácter humilde, que mantiene a pesar de que sus éxitos en el deporte le hayan permitido superar con holgura las penurias de su pobreza inicial, como si la gravedad del hecho dependiera de la notoriedad de sus víctimas.
Las presiones al Gobierno para que rompa todo acercamiento con esa guerrilla se hacen más fuertes cada día y el repudio popular, que esta no da señales de captar, ponen en una situación difícil al Gobierno. El ELN parece no entender que esta es su última oportunidad para dejar las armas en condiciones dignas y con garantías para su reinserción en la sociedad.
El Gobierno ha persistido en esa negociación de paz a pesar de que a cada paso parecieran surgir nuevas dificultades. Finalmente, después de múltiples intentos, desengaños y rupturas, el 6 de julio pasado, gracias a la colaboración del Gobierno de Cuba y ante el escepticismo del país, acordaron en La Habana un cese al fuego por seis meses, que irá hasta el 29 de enero del 2024.
Duró poco la alegría porque saliendo del salón donde se firmó el acuerdo, el jefe negociador del ELN dijo a la prensa que ellos tendrían que seguir haciendo “retenciones” como eufemísticamente llaman al secuestro y Gabino, un comandante histórico que se incorporó siendo aún un niño, dijo que el secuestro se mantendría.
En lenguaje llano eso significa que durante el cese al fuego no se enfrentarán a las tropas del Estado, pero que la población civil no está incluida en esa pausa de la guerra.
Esa guerrilla parece no entender que es casi imposible que una oportunidad como esta se repita y no ve el costo político que el Gobierno ha debido pagar por ese cese al fuego en el que la gente ya no cree después de tantos intentos fallidos. La imagen del guerrillero idealista ha dado paso al repudio por acciones que no encajan en un ideario político altruista. El Presidente de la República, exguerrillero que ha desarrollado una fulgurante vida política de izquierda dentro de la ley luego de desmovilizarse, les ha hecho concesiones defendiendo que a pesar de su degradación es una organización político militar.
Esta guerra de 60 años ha degradado a sus participantes hasta límites que nunca pensamos llegar a conocer. No veo dónde encaja el secuestro con la participación ciudadana que dicen es su principal objetivo. Ojalá el ELN reflexione y ponga los intereses de la población que afirman defender por encima de los de su organización.
(NDE: El máximo líder del ELN, alias Antonio García, aseguró ayer que el secuestro del padre del jugador colombiano Luis Díaz, registrado hace una semana, fue un error. En un mensaje por la plataforma Telegram difundido en un chat de periodistas, el jefe insurrecto aseveró que la retención la ejecutó el Frente de Guerra Norte y que el Comando Central instruyó la liberación del padre del jugador del Liverpool. “Lucho es un símbolo de Colombia y como tal lo sentimos en el ELN”, aseguró.)