Opinión

El voto económico en Yucatán

Siendo un gobierno mejor evaluado, con un desempleo mínimo y un PIB por encima de la media nacional, nadie puede negar el éxito en varios indicadores de Yucatán
El voto económico en Yucatán

Hace aproximadamente tres años, el analista de Tercer Grado Javier Tello afirmó que la viabilidad de Morena dependía en gran medida de sus resultados económicos, tales como la tasa de interés, el tipo de cambio, el desempleo y la inflación. No se equivocó.

Si bien los mercados financieros reaccionan en el voto, existen otros indicadores económicos que impactan directamente el ánimo político, en la economía familiar, como el salario mínimo, el costo de la electricidad, los alimentos y los impuestos, sobre todo los prediales.

Sin embargo, más allá de estos datos económicos, fue el enfoque social de AMLO lo que lo distinguió. Siempre priorizó el bienestar de las familias, el empleo para los jóvenes, las pensiones para los adultos mayores y las madres solteras, las becas para estudiar, la salud, las medicinas y los intereses nacionales en las inversiones de petróleo y electricidad.

Los críticos se centraban en el estilo y en el supuesto ataque a los aparatos de gobierno, algunos de los cuales eran autónomos y poco reconocidos por la población en términos de su impacto en el bienestar o en la democracia. Más bien, estos concentraban la opinión pública en sus integrantes sin considerar los intereses de las mayorías.

¿Por qué defender al Poder Judicial cuando sabemos que la justicia es lenta y sesgada? ¿Por qué defender a los organismos autónomos cuando solo benefician a las grandes empresas, con procesos lentos y sesgados y ni siquiera tienen representación estatal? El caso de Yucatán fue similar.

Siendo un gobierno mejor evaluado, con un desempleo mínimo y un PIB por encima de la media nacional, nadie puede negar el éxito en varios indicadores de Yucatán. Sin embargo, el enfoque fue equivocado. Se aplaude la creación del corredor gastronómico de la 47, pero se ganarían más votos si se repararan los baches en las calles del Sur de Mérida.

Se aplauden las ciclovías en Montejo, pero si no hubieran eliminado los camellones y cancelado los carriles, vías continuas laterales, construyeron arriates innecesarios y obstruyeron avenidas y vías rápidas.

Se aplaude el Sistema de Transporte “Va y Ven”, pero si se hubieran evitado los transbordos lejanos, eso habría tenido un impacto positivo en los votos. Se aplaude el Ie-Tram, pero al eliminar una vía en Montejo y Periférico y sembrar almohadillas de plástico, se agrava aún más el caos vial, lo cual incide en los votos.

Por poco se construye un estadio en el cruce del periférico, lo que habría empeorado aún más el tráfico en la salida hacia Progreso. Hoy se construye el centro histórico en un solo piso sin tener en cuenta las lluvias ni la cercanía del manto freático, lo que causará inundaciones en los predios colindantes.

Se necesita más ingeniería y menos decoración. El enfoque social fue lo que faltó en las obras públicas de Yucatán; el estilo siempre fue el mismo, anunciar la obra sin consenso, lo que generó un humor oculto pero latente en Mérida.

En el caso del interior del Estado, los esfuerzos del gobierno para atraer inversiones extranjeras fueron positivos, pero los extranjeros no votan. Los esfuerzos del sector PYME para sobrevivir no se resuelven con créditos, siguen siendo acosados por las grandes empresas, y los pescadores, agricultores y ganaderos aún carecen de soluciones para vender sus productos en el mercado de Cancún, debido a la falta de formalización y logística de entrega.

Las empresas industriales locales consolidadas no necesitan mucho apoyo, pero las Pymes necesitan gestión ante los organismos reguladores federales, así como esfuerzos del gobierno para acodar con bancos mejor trato a locales y nuevas industrias extranjeras para comprar sus insumos a los yucatecos.

Lo que necesitamos también es una cultura de comprar y ayudar a las industrias yucatecas, desde el hábito consumir en un pequeño restaurante local hasta los proveedores de gobierno, el dinero de los yucatecos se debe quedar en Yucatán. Es el enfoque social y económico local lo que Yucatán necesita.

Debemos evitar las importaciones y fabricar nuestros propios insumos en la medida de lo posible, ayudar a los pequeños productores del interior del Estado a vender y cobrar más rápido, y facilitar el pago de impuestos a través del nuevo Banco del Bienestar.

En Mérida, debemos escuchar a los organismos sociales y empresariales para modificar las obras públicas de manera que satisfagan las necesidades de cada zona y legitimen las decisiones. México, al igual que Yucatán, entra en una fase histórica de consenso y prioridades sociales.

Grandes líderes yucatecos del pasado, como Salvador Alvarado y Felipe Carrillo Puerto, entendieron esto. Los votantes de Morena percibieron un incremento directo en su calidad de vida a través de las políticas federales implementadas.

Estoy seguro de que las nuevas autoridades comprenden la urgencia del enfoque social que se manifestó en las urnas. Ahora es el momento de intentar sanar la gran desigualdad en Yucatán con políticas públicas consensuadas e inclusivas. Habrá problemas y soluciones, pero lo importante es que todos sean parte de la solución.